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La OMC apura las últimas horas de su cumbre sin convencer a todos

El director general de la Organización Mundial del Comercio, Pascal Lamy, mostró ayer un «moderado optimismo» respecto al proceso de negociación de la Ronda de Doha tras los últimos textos propuestos, mientras países como Indonesia, Venezuela, Sudáfrica o Argentina los rechazaron, ya que consideran que carecen de equilibrio. Hoy apurarán las últimas horas de la cumbre para lograr un acuerdo, pero podrían tener que ampliarla hasta el miércoles.

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La treintena de países que desde el pasado lunes discuten el desbloqueo de la Ronda de Doha, que lleva siete años negociándose, acercaron ayer posiciones, pero aún no lograron obtener la aceptación de todos. «El director general considera que tal y como se les pidió, los países clave mostraron anoche liderazgo e hicieron una importante contribución para seguir caminando en el proceso», afirmó el portavoz de la OMC, Keith Rockwell parafraseando al director general del organismo, Pascal Lamy, en la reunión del Consejo de Negociación Comercial.

En la reunión con los ministros de Australia, Brasil, China, India, Japón, EEUU y la UE, Lamy presentó el viernes un texto para salvar los desacuerdos que aún mantenían. La misma propuesta fue elevada al grupo de treinta de países, que intentan avanzar en estas negociación para relajar las reglas de comercio, reduciendo los aranceles y los subsidios a las industrias.

Los países ricos insisten en que los pobres o «emergentes» eliminen las barreras que tratan de defender sus mercados de los productos industriales. A su vez, éstos exigen a los ricos que eliminen las ayudas a la exportación agrícola que reduce de forma artificial los precios de los productos agroalimentarios de EEUU o la UE. En medio, se mezclan interses de países productores de cereal, importadores netos o países pobres dependientes de productos tropicales.

El documento borrador prevé, en el caso de los subsidios, una reducción del 70% para EEUU y del 80% para la UE, pero en la práctica, según fuentes europeas, la rebaja a los subsidios europeos afecta sólo a una parte, porque muchas ayudas no se consideran distorsionadoras, al no estar ligadas a la producción.

En el caso de EEUU, además, en la práctica permitiría incluso duplicar los subsidios concedidos durante este año. El texto fue aceptado por la mayoría, pero encontró la oposición de varios miembros. Entre ellos India, que no lo rechazó expresamente pero declinó aceptarlo, y Argentina e Indonesia que mostraron su clara oposición al mismo. Aun así, sí que logró cuestionar la unidad del denominado G-20, grupo de países emergentes, liderado por India y Brasil, que exigen a los estados más ricos que rebajen sus ayudas a la agricultura.

Muchos temas pendientes

Hoy se volverán a reunir los treinta ministros para recibir las respuestas que quedan pendientes y, en caso de que India y el resto de países que manifestaron reservas den su acuerdo, el borrador será presentado ante los 153 países que componen la OMC. Sin embargo, fuentes diplomáticas aseguraron que los encuentros entre este grupo reducido podría prolongarse hasta el próximo miércoles. En las negociaciones sobre la liberalización de los servicios, el jefe de las negociaciones opinó que el encuentro fue «exitoso» y que podría facilitar un acuerdo general. También se mostraron favorables los representantes europeo, australiano y estadounidense.

Rockwell explicó que Lamy es consciente de que «aún quedan muchos temas por resolver de forma urgente, y que éstos van a ser tratados en las próximas horas», pero estimó que «hay suficiente base para seguir negociando». Entre las cuestiones pendientes, figuran precisiones sobre los productos que deben estar más protegidos de la liberalización, en agricultura y mercados industriales, los subsidios al algodón, cuantiosos en EEUU, y mecanismos de salvaguarda frente a las importaciones agrícolas masivas.

Asimismo, continúan las negociaciones que mantienen la UE, países latinoamericanos y los ACP (África, Caribe y Pacífico) para poner fin al histórico litigio por los aranceles que Europa aplica a la importación de banano latinoamericano.

Frente a las posiciones optimistas, el ministro de Comercio de Venezuela, Willian Antonio Contreras, opinó con preocupación que «en la práctica se invirtió el mandato de la Ronda de Doha, ya no es una agenda para el desarrollo sino para los desarrollados».

«Más de lo mismo»

Entre los aspectos que criticó del texto se encuentra la supuesta aceptación de Washington para recortar sus subsidios internos agrícolas a un máximo de 14.500 millones de dólares anuales. De esta forma, mantiene un margen de maniobra importante, «dado que en la actualidad concede unos subsidios de 7.000 millones por lo que el acuerdo le permite, de hecho, ampliar sus subsidios», señaló Contreras.

El ministro de Comercio de India, Kamal Nath, señaló que tanto su país, como Sudáfrica, Egipto y Argentina, tiene «otros puntos de vista». «Hay que preservar lo bueno del paquete y el resto debe dejarse de lado. No se trata del texto final», dijo Nath a su salida de una reunión con el G-20, formado por países agrícolas y en desarrollo.

El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Taiana, insistió en que «hay diferentes visiones sobre el equilibrio y el carácter positivo del texto. Varios países han pedido modificaciones del documento. Las ideas que flotan son más de lo mismo».

Incluso dentro de la Unión Europea, cuya delegación acepta el documento, miembros como el Estado francés, Irlanda e Italia, mostraron su preocupación por el alcance de las concesiones agrícolas que recoge.

El comisionado de Comercio de la Unión Europea, Peter Mandelson, fue el encargado de despertar el optimismo. «Creo ahora podemos ser muy optimistas», aseguró. Los delegados de Brasil y de Estados Unidos acompañaron el tono optimista de Mandelson.

El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, afirmó que hace algunos años «nadie se hubiese imaginado que llegaríamos en agricultura a donde hemos llegado. Los números son aceptables», aseguró a su salida de una reunión con el G-20. Brasil aceptó el texto pese a que muchos aspectos son rechazados por miembros del esta coalición formada por países agrícolas en desarrollo y donde también se integran India y Argentina, lo que pone a prueba la unidad del grupo. A este respecto, Amorim dijo que el G-20 sigue existiendo y que «seguiremos juntos en todo lo que nos une, que es mucho». Aseguró que su país sigue siendo el portavoz, aunque «en los temas en los que estamos de acuerdo. En las cuestiones en las que hay antagonismo debemos mantener cierta neutralidad. Somos muchos actores», matizó. Brasil mantuvo ayer una reunión bilateral con Argentina para limar diferencias.

propuesta

Australia, Brasil, China, India, Japón, EEUU y la UE negociaron una propuesta de acuerdo sobre agricultura en una reunión restringida, pero no consiguieron el apoyo general de los treinta países que negocian en Ginebra.

La UE quiere mejorar el texto, que preocupa a algunos miembros

La Unión Europea intentará hoy mejorar la propuesta de acuerdo que estudian los países de la OMC. Varios países de la UE rechazaron la propuesta que presentó el director de la institución, con el argumento de que «no es equilibrada», si bien no hay una posición unánime entre los Veintisiete.

Los países que más se oponen son el Estado francés, Irlanda e Italia, preocupados por el alcance de las concesiones agrícolas que recoge. La propuesta de Lamy incluye un recorte de ayudas agrícolas que distorsionan el comercio, lo que para la UE sólo afectaría a una parte de sus subvenciones. Además, prevé reducciones de aranceles que alcanzarán el 70% en los productos que ahora son más altos en los países ricos. Mandelson dijo la UE trabajará «sobre la base del texto actual, aunque no puedo garantizar el resultado, ya que depende de otros». El comisario precisó que, a su juicio, ya no hay bloqueo, porque «hemos pasado de hablar de hacer un acuerdo, a estar haciéndolo».

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rechazo

India y Argentina son los países que han manifestado de manera más clara su oposición a las propuestas que están sobre la mesa de negociación debido a que, desde su perspectiva, no permiten a lo países en desarrollo proteger sus frágiles agriculturas e industrias.

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