Una catedral abierta por obras
Una vista de altura, desde la atalaya de gasteiz
La visión aérea de Gasteiz ya no será exclusividad de quien sobrevuele la ciudad. La Catedral de Santa María abrirá el próximo lunes su torre para convertirse en atalaya y ofrecer una vista espectacular que se extiende hacia los cuatro puntos cardinales. Una visita, por cierto, no apta para gente con vértigo.
Itziar AMESTOY
El 4 de agosto en Gasteiz es el día en el que Celedón tiene la suerte de bajar desde la torre de San Miguel. Este año, sin embargo, al festivo personaje le han salido competidores, ya que la torre de la Catedral Vieja abrirá sus puertas el próximo lunes ofreciendo unas vistas espectaculares tanto de la ciudad como de parte de sus alrededores. La visita a esta «atalaya» se incluye dentro de los recorridos que se pueden realizar a través del mítico edificio. Si hasta ahora se mostraban los detalles arquitectónicos como punto de partida para dar a conocer la historia de la ciudad, ahora también se ofrece una vista global de la misma. De Zabalgana a Salburua, todos los rincones de la ciudad junto a los montes de Vitoria o parte de la Llanada quedan a la vista desde la torre.
La imagen exterior que presenta actualmente la torre, rodeada completamente de andamios, no invita a primera vista a acceder a ella. Sin embargo, es la propia idea de aprovechar la rehabilitación como momento para mostrar el edificio la que impulsó el programa «Abierto por obras» en el año 2000 y que se ha ido ampliando hasta poder ofrecer la espectacular vista que espera al visitante a 30 metros de altura. La restauración de la torre se está llevando a cabo de arriba a abajo y, hoy en día, se está trabajando en el chapitel y en el cuerpo octogonal. Cuando concluya esta fase, se pretende consolidar «todo el remate superior» para poder quitar el andamiaje, explican los encargados del proyecto. El montacargas que se ha empleado hasta ahora para subir y bajar el material tendrá desde el próximo lunes la nueva misión de subir visitantes a la torre. Las autoridades que se reunieron ayer para la presentación de las obras, así como el personal de la Fundación Catedral Santa María, subrayaron con mucho ahínco que cumple todas las normas de seguridad.
El vértigo, la única limitación
La única inseguridad que no podrán controlar ni los guías que acompañarán en todo momento al visitante es el vértigo. Y es que la altura que se alcanza en la visita es considerable. Una vez arriba, personal de la Fundación comentaba con curiosidad la habitual tendencia a localizar su vivienda que ha mostrado la mayoría de privilegiados que han subido a la torre. «Como si nuestra casa fuera a desaparecer», apuntaba una de las guías. Ya sea la vivienda, el barrio, el monte Olarizu o Elorriaga, lo que es seguro es que desde la torre se controlan los cuatro puntos cardinales, con lo que cada visitante podrá localizar y señalar lo que más interés le despierte. La altura ofrece una imagen hasta ahora reservada a fotografías aéreas.
Conscientes del acierto de la visita, los encargados de las obras prevén sustituir el montacargas por un ascensor interior, situado en el hueco que ocuparon en su momento las pesas del reloj. Asimismo, en un futuro, ampliarán la subida hasta la plataforma de las campanas o incluso hasta el reloj. Como inauguración, la nueva visita, que incluye también el pórtico recién restaurado, será gratuita durante los meses de agosto y septiembre. Sin embargo, sólo se podrá subir a la torre durante los fines de semana y los días festivos, ya que el resto de jornadas el montacargas estará reservado para su original función.
Otras mejoras que podrá ofrecer la nueva visita serán las campanas y el reloj renovados. Las campanas, por su parte, se bajaron hace un mes con el objetivo de realizar un estudio exhaustivo previo a su reparación. Se han abierto algunos huecos que estaban cegados para poder instalar un carrillón en un futuro. También han bajado el reloj para repararlo y tienen previsto sustituir las esferas de metacrilato que se colocaron en los años 60 por una vidrieras que se realizarán con técnica tradicional.
Un recorrido medieval completo
Esta visita a la torre es la novedad dentro de todo el programa de recorridos a través de la catedral y de la muralla que ha cosechado mucho éxito desde que se iniciara en el año 2000. El «Abierto por obras» se ha convertido en un referente incuestionable del turismo gasteiztarra, aún con peligro de comenzar a rozar la saciedad. Sin embargo, ha hecho que sea más característico del visitante de Gasteiz el casco de protección que no la típica cámara colgando del cuello. De cara a los turistas con interés por la arquitectura medieval, es fácil que queden contentos con el hecho de conocer la antigua catedral. La principal novedad, sin embargo, se encamina más hacia los propios ciudadanos de Gasteiz. Cada visita a la Catedral puede aportar novedades, bien por el avance de las obras o por los nuevos descubrimientos que se van sucediendo a lo largo del proceso de rehabilitación.
El otro foco de atención es la muralla. Actualmente se puede pasear al lado de este elemento arquitectónico desde el cantón de las Carnicerías hasta el de la Soledad. Sin embargo, el proceso de recuperación de la muralla pretende que el recorrido llegue hasta la Plaza del Machete, después de pasar por detrás de San Miguel. Es a través de una pasarela adosada al muro como se puede ir viendo la muralla, a la vez que los elementos de ésta sirven de excusa para conocer el desarrollo de la capital arabarra.
Y es que los edificios son testigos directos de la historia de una ciudad. Por eso, la posibilidad de conocer los pormenores de la catedral y de la muralla permite revivir de la forma más directa el devenir de la ciudad. Con la subida a la torre se añade la guinda a estas visitas, ya que Celedón dejará de ser el privilegiado que observe Gasteiz desde una de sus torres.