OLASO
Silencio
Para que la tortura sea una realidad hacen falta, al menos, tres elementos: los salvajes adiestrados en el tormento; los jueces y políticos que miran hacia otro lado o, más fácil, ofrecen «red» a los torturadores y, lo más vergonzante, el silencio cómplice de los medios que, al igual que en tiempos de Hitler, Franco o Videla, ocultaban la denuncia. Repasen los medios de comunicación de ayer. También los que se dicen «nacionalistas».