Holgada victoria del gubernamental y ex comunista PPC en Camboya
El ex comunista PPC del primer ministro, Hun Sen, podrá, por primera vez, gobernar en solitario tras su holgada victoria electoral, que algunos achacan a su impulso de un liberalismo económico desenfrenado y otros a la intimidación sobre sus adversarios y al control mediático.
Patrick FALBY |
La aplastante victoria del Partido del Pueblo Camboyano (PPC, ex comunista) en las elecciones legislativas del domingo otorga a Hun Sen, primer ministro desde hace 23 años, un poder tal que podría ignorar las llamadas a luchar contra la pobreza y la corrupción, según los analistas.
Según los resultados oficiales aún parciales, el PPC obtuvo cerca de un 60% de los votos. El partido de Hun Sen declaró ayer haber logrado 90 de los 123 escaños, superando por primera vez la mayoría de dos tercios del Parlamento. En 2003, el PPC consiguió 73 diputados.
Varios analistas achacan el maremoto del domingo a los esfuerzos realizados por Hun Sen, supervisando él mismo la construcción de carreteras y escuelas por todo el reino, en el marco del liberalismo económico desenfrenado que ha contribuido a un crecimiento superior al 10% en los últimos tres años. Además, el PPC dispone de una organización extremadamente eficaz que mantiene parcelado y controlado el país desde el final de la guerra civil en 1998.
«Es una nueva victoria para el PPC y la política aplicada desde hace cinco años», dijo a France Presse Khieu Kanharith, portavoz del partido y del Gobierno.
Pero organizaciones de defensa de los derechos humanos afirman que la victoria de la formación de Hun Sen se debe a una política de intimidación sobre sus adversarios y al semimonopolio que el poder tiene sobre los medios de comunicación audiovisuales, además de ser producto de una plaga de corrupción que prevalece en medio de una inmensa pobreza.
«¿Quién se aprovecha de los índices de crecimiento?», se pregunta Lao Mong Heno, de Asian Human Rights Comission, mientras recuerda que un 35% de los 14 millones de camboyanos vive con menos de 32 céntimos de euro al día.
Kek Galabru, que dirige la ONG Licadho, asegura temer que la «supermayoría» de Hun Sen en el Parlamento cree tal desequilibrio que ya no se vea obligado a dar cuentas, sino que, al contrario, él arregle las cuentas con sus adversarios. «Tememos que nuestro Estado democrático se reduzca», dijo.
Pero, además de su propio talento, Hun Sen ha aprovechado las debilidades y divisiones no sólo de sus adversarios sino también de sus socios.
Los monárquicos, con quienes compartió poder durante mucho tiempo, se han hundido en pugnas internas y sólo mantienen cuatro de sus 26 escaños. La principal formación opositora, el Partido Sam Rainsy del ex ministro de Hacienda, obtuvo 26 escaños, dos más que en 2003.
Los principales partidos de la oposición en Camboya pidieron ayer a la comunidad internacional que no reconozca los resultados de las elecciones del domingo que han dado la victoria al PPC, por considerar que han sido «amañados».