Las autoridades de India han puesto el país en alerta máxima, sobre todo sus principales ciudades, han reforzado la seguridad y han llamado a la calma, tras los 16 atentados con bomba que el sábado dejaron 49 muertos y más de 160 heridos en la occidental ciudad de Ahmedabad, escenario de tensiones religiosas, y el descubrimiento de varios artefactos sin detonar.

Se enviaron refuerzos de la Policía a estaciones y aeropuertos, incluidos tres mil agentes que fueron desplegados en Nueva Delhi, la capital.

Expertos desactivaron tres artefactos que no estallaron el sábado, según la prensa local, mientras la policía anunció haber descubierto un vehículo cargado de explosivos en la ciudad de Surat, al sur de Ahmedabad.

Las explosiones ocurrieron en lugares muy concurridos de Ahmedabad, escenario de disturbios entre indios y musulmanes en 2002, en los que se estima que murieron dos 1.500 personas, como mercados, autobuses y los dos hospitales donde ingresaron las primeras víctimas.

Las cadenas indias de televisión dijeron que el grupo islámico Mujaidines Indios reivindicó los atentados de Ahmeda- bab y de la víspera en Bangalore por medio de un correo electrónico.