Ehud Olmert anuncia que dimitirá en setiembre, tras las primarias del Kadima
Lo que no consiguió la derrota del Ejército israelí a manos de Hizbullah en Líbano en el verano de 2006 lo han logrado las acusaciones de corrupción. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, anunció ayer que dimitirá tras la celebración de las primarias de su partido, el Kadima, previstas para mediados de setiembre. Olmert confirmó que no concurrirá a estas primarias. La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, se postula como vencedora pese al rechazo de Olmert.
GARA |
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, anunció ayer que dimitará tras la celebración de las elecciones primarias en el seno de su partido, el Kadima, previstas para setiembre y a las que ha rechazado presentarse.
«Tras la elección de mi sucesor [en el seno del Kadima], dimitiré para permitir la formación de un nuevo Gobierno rápidamente», anunció Olmert durante una intervención en su residencia oficial en Jerusalén, destacando que no se presentará a las primarias del Kadima, previstas para mediados de setiembre.
«He decidido no presentarme a las primarias del Kadima y no tengo la intención de involucrarme en estas elecciones. Aceptaré el resultado, sea el que sea», añadió Olmert. Unas filtraciones hechas públicas recientemente han evidenciado el malestar de Olmert con su ministra de Exteriores, Tzipi Livni, la mejor colocada para sucederle.
«He cometido errores y lo lamentó», añadió el todavía primer ministro, que tiene que hacer frente a un procedimiento judicial por irregularidades financieras después de que el millonario estadounidense Morris Talansky testificara ante los jueces israelíes que entregó a Olmert fondos de manera ilegal. En este sentido, destacó que, tras dimitir, «podré probar mi inocencia».
Olmert subrayó que espera que el Gobierno que forme su sucesor al frente del Kadima «disfrutará de un importante apoyo popular y se formará rápidamente».
Livni contra Mofaz
En las elecciones que el Kadima celebrará a mediados de setiembre se prevé que haya dos candidatos que pugnen para hacerse con la silla de Olmert. La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, que aparece como favorita en las encuestas pese a la declarada oposición de Olmert, se enfrentará al titular de la cartera de Transportes, Shaul Mofaz.
Livni, que ya ha comenzado a hacer campaña, ha prometido que formará un Gobierno de unidad nacional en el que se integrará también el Likud del ex primer ministro Benjamin Netanyahu, actualmente en la oposición. De este modo, buscaría lograr un amplio apoyo en la Knesset (Parlamento), del que ha carecido Olmert en esta legislatura.
Dirigentes del Kadima, partido creado en noviembre de 2005 por el entonces primer ministro Ariel Sharon tras abandonar el Likud, habían pedido en repetidas ocasiones a Olmert que dimitiese para que su impopularidad no arrastrase a la formación al desastre electoral.
Además del caso de corrupción denunciado por Talansky, Olmert tiene otras tres causas abiertas por corrupción, mientras que los jueces han archivado una quinta.
Olmert, al igual que Sharon, fue parlamentario del derechista Likud en 1973. En la Knesset defendió la creación de colonias sionistas y se opuso a los acuerdos de Camp David, que devolvieron a Egipto el Sinaí ocupado en 1967. También rechazó los acuerdos de Oslo en 1993.
Ese año se convirtió en alcalde de Jerusalén, donde fue uno de los principales impulsores de la colonización judía de la parte oriental de la ciudad, que permanece ocupada ilegalmente desde 1967.
Olmert, que logró sobrevivir políticamente a la derrota que Hizbullah propinó al Ejército israelí en verano de 2006, no ha podido superar las acusaciones de corrupción. Tiene fama de vividor al que le gustan la ropa y los puros caros.
Junto a ello, ostenta el dudoso de honor de ser el primer ministro más impopular.
El candidato demócrata a la Presidencia de EEUU, Barack Obama, habría dicho a la cadena ABC que tiene «la sensación» de que Israel tiene previsto atacar a Irán en caso de que fracasen las sanciones contra la República Islámica.
El secretario de Estado de EEUU, Robert Gates, ha aceptado estudiar el despliegue de un escudo antimisiles en Israel, según un alto responsable del Pentágono. Gates se reunió el lunes con el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak.
Las relaciones entre Hamas, que controla Gaza, y al-Fatah, que preside la Autoridad Palestina con jurisdicción en Cisjordania, están al rojo vivo desde que una explosión que se registró el pasado viernes en una playa gazatí provocase la muerte de cinco milicianos de Hamas y una niña. La formación islamista atribuye a al-Fatah este atentado.
En los días siguientes, se registraron detenciones de miembros de al-Fatah por parte de las fuerzas policiales de Hamas en Gaza y arrestos de miembros de Hamas por agentes de al-Fatah en Cisjordania. Ayer mismo, el Ministerio del Interior anunciaba la detención de un número indeterminado de sospechosos de participar en el atentado.
El martes, Hamas emitió un comunicado en el que señalaba que la única razón por la que no invadía Cisjordania para expulsar al-Fatah del poder era el apoyo que Israel ofrece a Abbas.
En la jornada de ayer, Palestinian Information Center (PIC), una agencia cercana a Hamas, se hacía eco de la información publicada por el diario israelí «Haaretz» que señalaba que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, estaba dispuesto a disolver esta institución autonómica si Israel liberaba a parlamentarios de Hamas encarcelados a cambio del soldado Gilad Shalit, retenido en Gaza, en un intercambio similar al realizado con Hizbullah.
La agencia Ma'an, cercana a al-Fatah, respondía minutos después, destacando que la información de «Haaretz» era falsa y que estaban analizando plantear medidas legales contra el diario.