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«Es una oportunidad para reorientar el modelo de las políticas agrarias europeas»

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Paul NICHOLSON miembro de EHNE y de Via Campesina

Para Paul Nicholson, miembro de EHNE y representante en Vía Campesina, el fracaso de la OMC es una gran victoria de la lucha de los agricultores contra la mercantilización de los alimentos y una oportunidad para la apuesta por la soberanía alimentaria.

¿Qué opina del fracaso de las negociaciones de la OMC en Ginebra?
Es una buena noticia. Para nosotros es una victoria muy importante. Es un fracaso de la Ronda de Doha y de la Organización Mundial del Comercio. Para nosotros es muy importante porque la alimentación no puede convertirse en una mercancía más. Y en la negociación de la Ronda de Doha se pretendía negociar la liberalización de la agricultura y de la alimentación. Estados Unidos y la Unión Europea no sólo pretendían liberalizar la agricultura sino una mercantilización de la vida y la biodiversidad, a través de las patentes.

¿Cuál cree que ha sido el motivo principal del fracaso de la cumbre?
La agricultura y la alimentación. Como dijo el representante de India en la cumbre, no se puede poner en riesgo la vida de 650 millones de personas por la comercialización. La crisis alimentaria que estamos viviendo ha sido una consecuencia de ese neoliberalismo.

Sin embargo, desde las potencias que quieren impulsar la liberalización comercial, aseguran que en este momento de altos precios de los alimentos es más necesaria.
Las políticas neoliberales no son la solución, sino que han sido la causa de esa crisis alimentaria. La Ronda de Doha no se trata de una negociación para el desarrollo, sino para aumentar los beneficios de ciertas industrias.

¿No cree que la apertura de mercados puede beneficar al sector primario de los países más pobres?
Nadie piensa que los pequeños agricultores africanos van a poder acceder a los mercados europeos. La prioridad ha sido la entrada en los mercados de Africa y Asia por parte de Estados Unidos y, sobre todo, de Europa, con el fin de poder acceder con sus productos industriales y servicios. Y en esos últimos diez años Europa ha sido el tractor de ese proceso,

¿Incluso en mayor medida que Estados Unidos?

Europa sigue siendo un importante exportador de productos agrícolas. Cuando el representante de la Unión Europea en la negociación, Peter Mandelson, dice que está dispuesto a sacrificar la agricultura para lograr un acuerdo en industria y servicios es muy grave y muestra el verdadero objetivo de la UE.

Las ayudas de la UE a la agricultura han sido uno de los puntos de las discusiones.

El referente para las políticas agrícolas de la UE ha sido siempre la OMC, y por eso ha ido reduciendo las ayudas. Este fracaso deslegitima las las ayudas al modelo industrial de agricultura. Es una oportunidad para reorientar totalmente el modelo de política agrícola. Ahora, con el fracaso de la Ronda de Doha hace falta una nueva política no dirigida a la exportación, sino orientada hacia los productores y hacia la multifuncionalidad de la agricultura.

Pero incluso dentro de la Unión no ha habido unanimidad. El Estado francés, por ejemplo, acusaba a los negociadores europeos de haber ido demasiado lejos en sus concesiones.

Nicolas Sarkozy quiere limitar la reducción de las ayudas pero el proteccionismo no es el modelo adecuado si se trata de un modelo exportador. Así lo que se consigue es el dumping. Es necesario redefinir esas políticas hacia un modelo más solidario.

En las negociaciones, Brasil se ha acercado más a los países industrializados que en anteriores cumbres e India parece haber adoptado el liderazgo de los países más pobres.

India tiene 700 millones de agricultores. La globalización pone en peligro su futuro y no pueden soportar más. La economía y la agricultura de Brasil ya está orientada hacia la exportación, con los agrocombustibles o la soja, y sus pequeños agricultores y los proyectos de reforma agraria están siendo olvidados. Brasil ya juega en otra liga.

Habla de victoria, pero aún se oyen propuestas para retomar las negociaciones.

Los plazos ya se han agotado. Hay elecciones en Estados Unidos y en Europa toca ahora redefinir la política agraria. Y esa puede ser la oportunidad de tomar otro camino. Con una crisis alimentaria, financiera, climática puede surgir otro proceso. Ha sido una gran victoria después de una dura lucha desde los últimos diez años, desde Seattle, Cancún, Hong, Kong, Ginebra,.. Y nos da la oportunidad de plantear la alternativa de la soberanía alimentaria, que creemos que ahora va a surgir con más fuerza.

Pablo RUIZ DE ARETXABALETA

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