OSASUNA 0

REAL SOCIEDAD 1

El oportunismo de Iñigo Diaz de Zerio decantó un partido amistoso muy equilibrado y que se está convirtiendo en tradición dentro de las pachangas veraniegas previas al inicio de la competición de verdad. El acierto del delantero donostiarra en las postrimerías del choque dejó todavía más en evidencia las carencias de sus homónimos por el bando rojillo, quienes no supieron traducir en gol las oportunidades de que dispusieron a lo largo de los noventa minutos.

Como era de esperar, la presumible diferencia de categoría no fue tal, con dos equipos de características muy similares y un buen número de canteranos en sus filas. De hecho, fueron los txuri urdin quienes se postularon a la hora de llevar el mando de la nave, con un Sergio Rodríguez que lideró la conducción del juego, si bien las acometidas de los de Lillo acabaron siempre del mismo modo, muriendo al borde del área de la meta defendida por Ricardo.

Poco a poco, Osasuna, sin la mayor parte de sus internacionales ni el recién fichado Santi Ezkerro, fue equilibrando el juego y contrarrestó la mayor posesión del esférico de los guipuzcoanos y su mayor presencia en ataque. Fue en este periodo cuando la escuadra navarra dispuso de su mejor ocasión, con un tiro de Kike Sola al poste tras una gran jugada de Jokin por la banda derecha.

Misma tónica tras el descanso

Pese a que ambos conjuntos vieron cómo se remodelaban sus piezas prácticamente al completo después del paso por vestuarios, la tónica del encuentro continuó por los mismos parámetros: mucha disputa, equilibrio en el juego y poca llegada con claridad por ambos bandos.

Ante la ausencia de goles, lo más destacable fueron el debut de Moha como txuri urdin, aunque todavía no esté muy claro si continuará bajo la disciplina realista a la espera de lo que decidan los administradores concursales, y los primeros minu- tos de pretemporada para el checo Jaroslav Plasil, después de su paso por la Eurocopa.

Precisamente el centrocampista fue uno de los que tuvo entre sus botas la posibilidad de decantar el envite del lado rojillo, pero ni él, ni Pandiani ni Medina supieron estar lo suficientemente acertados cuando encararon a Zubikarai. Osasuna sigue adoleciendo del mismo mal que el año pasado a punto estuvo de costarle un disgusto al coquetear con el descenso por su indefinición en ataque.

Todo lo contrario que la Real, quien supo sacar partido de la ocasión más clara de que dispuso en la segunda parte, cuando Diaz de Zerio remató a placer un disparo que previamente Mikel Aranburu había enviado al poste navarro.