Un conocido cocinero británico, Antony Worrall Thompson, tuvo que pedir ayer disculpas después de recomendar por error una hierba venenosa en una receta para ensaladas publicada en el último número de la revista «Healthy & Organic Living». Worrall, actualmente de vacaciones en el Estado español, sugirió en una entrevista añadir unas hojas de beleño negro (Hyoscyamus niger) -una planta alucinógena que puede ser letal- a las ensaladas para hacerlas más interesantes con plantas silvestres.

La revista se dio cuenta del desliz e inmediatamente publicó en su versión digital un aviso a los lectores de que ignoraran la recomendación al tratarse de una planta «muy tóxica que jamás debiera comerse». En declaraciones a la agencia británica PA, Warrall dijo ayer que confundió el beleño negro con una planta comestible que en inglés tiene un nombre parecido, llamada en latín Chenopodium album. «Estaba pensando en una planta de nombre similar, no en esta hierba. (El error) es un poco embarazoso, pero no ha habido noticias de ningún afectado. Por favor, transmitan mis disculpas», declaró el cocinero.

La directora de la revista, Kate Collyns, señaló que, además del aviso colgado en internet y de enviar una carta a los suscriptores, piensa publicar una rectificación en su número de octubre, junto con una disculpa del chef, conocido especialmente por sus programas de televisión.

La dislexia o el despiste del célebre chef no es la única noticia curiosa que nos ha deparado el mundo de la gastronomía en este principio de agosto. El viernes de la semana pasada, la prensa extranjera se hacía eco de la misteriosa desaparición de un gastrónomo suizo, de nombre Pascal Henry, tras cenar en el célebre restaurante catalán «El Bulli». Lo más extraño es que Henry, de 46 años de edad, no daba señales de vida desde que el pasado 14 de junio se dejase olvidada su agenda de notas, fotos y su sombrero en el restaurante de Ferran Adriá, que tiene tres estrellas Michelin. «Estaba cenando y salió un momento a por su tarjeta de visita y no volvió», declaró Adriá.

La del Bulli era la etapa número cuarenta de un proyecto concebido a modo de maratón gastronómico, que inició en mayo apadrinado por el famoso cocinero Bocuse, y que después le debía traer a Euskal Herria, a los restaurantes de Arzak (tenía hecha una reserva), Subijana y Berasategi. Según publicaban ayer medios suizos, sus vecinos sospechan que no ha desaparecido, sino que se ha escondido.