Pegados a la pantalla
Sobran 17 minutos
Asier AIESTARAN
Cuenta la leyenda que en los mejores años de Hollywood, un joven director de cine que años después se convertiría en uno de los moviemakers más importantes de la industria acudió, algo temeroso, al primer pase de una de sus películas bajo la atenta mirada de su productor. Una vez finalizada la revista, el productor se dirigió con gesto serio al director novel para darle su veredicto: «La película está bien, pero le sobran 17 minutos». Al joven, aliviado por el hecho de saber que su obra vería finalmente la luz, le picó la curiosidad. «¿Por qué le sobran exactamente 17 minutos a la película?», preguntó. Y la respuesta no se hizo esperar: «Porque hace exactamente 17 minutos que me ha empezado a doler el culo en el sillón». Sirva de ejemplo para decir que hasta el mejor espectáculo del mundo -la ceremonia de ayer se podría calificar como tal- acaba por convertirse en un duro castigo si el show se alarga demasiado.