Ley de símbolos en Nafarroa
«La ikurriña debe ondear porque democráticamente es así, no por cabezonería mía»
El 28 de septiembre de 1977, los vecinos de Atarrabia decidieron en referéndum que la ikurriña es una de las «banderas oficiales» de la localidad. ¿Como vivió usted esa fecha?
Yo tenía entonces 13 años, pero me acuerdo muy bien porque eran tiempos políticamente especiales que vivíamos muy intensamente. Habíamos aprendido a convivir con la ikurriña, pese a que había estado ilegalizada, y la veíamos como algo nuestro, algo natural. Hilario Eransus, pese a ser un alcalde puesto «a dedo», tuvo un detalle democrático a todas luces, que fue hacer un referéndum. Me acuerdo de haberlo celebrado con mis amigos.
El hecho de izar la ikurriña en el mástil en el 30 aniversario de aquel referéndum, ¿fue una muestra de respeto a la decisión popular?
Me pareció una fecha muy bonita para que la ikurriña volviera a ondear, si bien no en el Ayuntamiento porque la ley -que no comparto- no lo permitía de forma oficial, sí en nuestra plaza más emblemática. Tiene carga simbólica, por supuesto; se recuerda el referéndum de 1977 y lo más puramente democrático, que es consultar al pueblo sobre los temas que interesan a los vecinos.
Tras la sentencia, ¿se antepone la legalidad a la legitimidad de la decisión popular?
Pusimos la ikurriña porque creo que es una bandera del pueblo de Atarrabia, un símbolo como lo es el escudo de la localidad. Además, el referéndum de 1977 fue refrendado por el pleno municipal en 2007, por la mayoría de los representantes de los vecinos de Atarrabia, volviendo a reconocer como suya la ikurriña y de paso reprobando la Ley de Símbolos. La sentencia no dice que estemos infringiendo ningún artículo, por lo se trata de una sentencia totalmente política, porque sólo dice que estamos «burlando el espíritu de la ley». Por tanto, se prejuzgan intenciones. La sentencia además dice textualmente «ciertamente no ondea en el edificio oficial», por lo que nos da la razón. Recurriremos el fallo y estamos estudiando opciones por si el recurso es denegado.
¿Han pensado algún mecanismo para que la sociedad de Atarrabia pueda posicionarse, tal y como hizo en 1977, en torno a la ikurriña?
Estamos buscando soluciones, pero no puedo adelantar nada para no enseñar las cartas al enemigo. Lo que está claro es que el pueblo de Atarrabia aprueba como suya la ikurriña. La ikurriña debe ondear en Atarrabia porque democrática y legítimamente tiene que ser así, no por cabezonería mía.