Hong-kong bosteza al ritmo de los caballos de doma clásica
Dicen que en Hong-Kong, sede de las pruebas hípicas durante estos Juegos, vibran con las carreras que durante todo el año se disputan en su hipódromo los miércoles por la noche y los sábados por la mañana. Sin embargo, parece que con la doma clásica se aburren soberanamente.
Marta CHECA | EFE
Por exigencias del termómetro, las pruebas ecuestres de la subsede olímpica de Hong Kong comenzaron el pasado fin de semana a las 6.30 de la mañana, un sacrificio al sueño que miles de personas decidieron no realizar, especialmente tras extenderse la opinión de que la competición de doma era soporífera hasta su máxima expresión. Los ciudadanos de la región administrativa especial china conforman el grupo de cabeza de los que más horas dedican al trabajo en todo el planeta, pero a la hora de madrugar se reservan para ocasiones especiales. Como cuando el fin de obedecer al despertador es obtener sellos conmemorativos de los Juegos Olímpicos o monedas y billetes de Beijing 2008.
Para los cerca de 10.400 espectadores que acudieron a Sha Tin en la mañana del sábado, los 12.400 en la tarde del domingo o los 11.100 de la jornada del lunes, la vivencia del evento fue de todo menos festiva transcurridos los primeros minutos de la prueba, por mucho que Mark Tood y el matrimonio formado por Clayton y Lucinda Fredericks estrenaran el concurso.
Acostumbrados a gritar, abuchear, sacar fotos con flashes, moverse a placer, y, muy especialmente, apostar en las tradicionales carreras de caballos que se disputan en la ex colonia británica todos los miércoles por la noche y los sábados por la mañana, el lenguaje de la competición de doma se les antojó un tedio indescriptible. Para los intrépidos que hicieron fila fuera del recinto Sha Tin a partir de la medianoche del viernes, poco después de la ceremonia de apertura de los Juegos, la arena, la música, el desfile y los aires de los caballos se convirtieron en el pasaporte a los brazos de Morfeo.
El gobierno hongkonés, consciente de la poca sensibilidad de sus ciudadanos al deporte ecuestre, ha intentado mostrar en los últimos meses que estos solípedos ofrecen unas facetas más ricas de las que se muestran en las carreras de los miércoles y sábados. Para tal efecto ha llenado numerosos parques de la ciudad de figuras equinas, insertado el espectáculo «Battuta» de Zingaro en la cartelera del Festival de las Artes de Hong Kong, inaugurado exposiciones con el legado olímpico griego y romano y realizado multitud de actividades por los diferentes distritos del territorio.
Sin embargo, la inmersión en el mundo equino no parece haber calado suficiente para retener y deleitar al respetable durante las alrededor de tres horas que precisó cada una de las tres rondas de la competición de doma del concurso completo.
No obstante, las entradas para todas las competiciones, que tendrán lugar hasta el día 21, están agotadas desde hace semanas. Al parecer, la esperanza reside en que la diversión aumente con las pruebas de salto, más fáciles de seguir y comprender.