JUDO | Menos de 70 kilos
Leire Iglesias se queda a sólo un suspiro del bronce
La portugaluja acarició la medalla, pero cayó en el combate de repesca ante la holandesa Edith Bosch cuando apenas restaban dos minutos para el final
Beñat ZARRABEITIA | BILBO
No pudo ser. La rozó con la punta de los dedos, pero finalmente Leire Iglesias se quedó sin la medalla de bronce dentro de la categoría de menos de 70 kilos. Cuando restaban menos de dos minutos para el final del la lucha por la tercera plaza y su rival ya dominaba en el marcador, la vizcaina cayó por ippon -técnica que lleva al oponente a golpear con toda su espalda sobre el tatami y que supone el final del combate- ante la holandesa Edith Bosch, que cosechó así su segunda medalla tras la plata que consiguió hace cuatro años en Atenas.
A pesar de quedarse sin el deseado premio, la de Ezkerraldea, de 30 años de edad y vigente subcampeona de Europa, se traerá a su casa un diploma olímpico. Todo después de una ajetreada jornada repleta de combates y de emociones. Tras superar su primer envite ante la brasileña Mayra Silva, le tocó medirse a la francesa de origen camerunés Gevrise Emane -actual campeona del mundo-, a la que ganó por koka, una puntuación que se obtiene al arrojar al oponente al suelo y éste cae de rodillas o sentado.
Primera derrota
Pero Iglesias vio interrumpido su camino hacia el combate por el oro al perder su asalto ante la alemana Annett Bohm, que ganó el duelo por ippon, al igual que había hecho en los dos envites en los que había tenido que lidiar anteriormente.
Después, la germana correría la misma suerte que la vasca y se quedó sin opciones de subir al podio al perder contra la estadounidense Ronda Rousey en el combate en el que se repartía la otra medalla de bronce. Cabe recordar que el judo es uno de los deportes en los que hay dos terceros puestos.
A Leire Iglesias no le quedó otro camino que el de la repesca, a través del cual se le podrían abrir las puertas para conseguir el bronce. Primero tuvo que superar por yuko -que se obtiene al arrojar al oponente al suelo y éste cae de lado¯ a la ucraniana Natalaya Smal. Su siguiente oponente fue la colombiana Yuri Alvear, a quien derrotó por koka, al igual que había hecho en segunda ronda con Emane.
Una victoria que le abrió las puertas para luchar por el tercer metal en juego, pero allí la subcampeona olímpica hace cuatro años impuso su gran poderio físico, experiencia y jerarquía para batir a la vasca cuando apenas restaban dos minutos para la finalización de la pelea.
A la conclusión de su enfrentamiento, Leire Iglesias compareció ante los medios de comunicación en Beijing. La vizcaina señaló que había concluido su participación en el torneo olímpico «cansada y con un montón de magulladuras», pero destacó que su actuación había sido «como para irse contenta. Para mí, venir a los Juegos ya era un premio, porque son cuatro años preparándose y eso es mucho tiempo de presión y entrenamientos».
«Me ha cazado»
Sobre el emparejamiento definitivo contra Bosch, destacó que «ella ha venido a por mí y yo he ido a por ella. Anteriormente ya le había ganado en algunas ocasiones, pero ella me había superado más veces». Ayer volvió a ocurrir frente a una contraria a la que Iglesias, medio en broma medio en serio, definió señalando que «es muy larga, me ha costado mucho llegar hasta ella y tengo que reconocer que me ha cazado con el ippon. Con perdón, pero tengo que decir que era un poco bruta».
Junto a ello, lamentó haber sufrido el golpe definitivo a dos minutos escasos de la conclusión del envite y subrayó, con cierta amargura, que «esto es judo y aquí no tienes 45 minutos para poder remontar».
Una vez concluida su participación olímpica, Iglesias indicó que «ahora mismo pienso en descansar y en curar las pequeñas lesiones. Quiero volverme a Bilbao, estar con mi familia, disfrutar de mis sobrinas, ver a mis amigas y hacer todo lo que puedo el resto del año».
La japonesa Masae Ueno se alzó con la medalla de oro; la cubana Anaysi Hernández consiguió la plata; mientras que la holandesa Edith Bosch y la estadounidense Ronda Rousey se llevaron el bronce.
A la conclusión del emparejamiento definitivo, la jarrillera destacó, en tono jocoso, que su contrincante era «muy larga, me ha costado llegar a ella y me ha cazado con el ippon final. Era un poco bruta, con perdón».