Un día después de que la selección masculina china de gimnasia artística obtuviera el oro por equipos, la femenina completó el círculo y dejó a las norteamericanas, vigentes campeonas del mundo, con un palmo de narices. Llevadas en volandas por su afición, Cheng Fei, la mejor gimnasta china de todos los tiempos, y sus compañeras se colgaron un oro inesperado.

Y es que la selección norteamericana se derrumbó en el momento culminante de la prueba. Así, si Cheng Fei fue la cara de la victoria, Alicia Sacramone encarnó la derrota: su caída de la barra de equilibrios y sus dos salidas en el suelo privaron su país de un título que, cuando menos, podía haber disputado hasta el final.

La presión del directo

Chinas y estadounidenses compartieron rotación en cada aparato, así que sus calificaciones pudieron ser cotejadas en tiempo real. Por este motivo, la tensión entre ellas fue in crescendo hasta que el eslabón más débil de la cadena, Alicia Sacramone, se quebró.

Lejos de esta pugna, Rumanía se hizo con el tercer cajón del podio, dejando a la selección de Rusia sin medalla.