GARA > Idatzia > Kultura > Zinema

Pere Portabella vampiriza a Jess Franco en blanco y negro

«Vampir-Cuadecuc»

El estreno en los barceloneses cines Verdi de «Vampir-Cuadecuc» rompe con 38 años de prohibición, durante los cuales la película de Pere Portabella solamente fue exhibida en el extranjero. Las autoridades franquistas impidieron al cineasta catalán asistir a su presentación en La Quincena de Realizadores del Festival de Cannes y en el Museo de Arte Moderno MOMA de Nueva York. Es una película paralela a «El Conde Drácula», de Jess Franco.

P046_F01_149X113.jpg

Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

Pere Portabella representa a la vanguardia surgida durante el franquismo, en calidad de fundador de la Escuela de Barcelona. Era un cine que no se sometía al dictado cultural, a la pequeña cota de libertad permitida dentro de los circuitos minoritarios de arte y ensayo, prefiriendo la clandestinidad y el destierro.

A punto de cumplir los ochenta años ha vuelto a hacer películas, a raíz de su participación en el proyecto colectivo de denuncia política contra la derecha «¡Hay motivo!», realizando el fragmento sobre el Plan Hidrológico. Hasta el año 2000 había estado centrado en la política activa, al ocupar diversos cargos directivos en Iniciativa Per Catalunya. Pero tenía que volver a lo suyo, a la experimentación pura y dura, volcada en su reciente «El silencio antes de Bach», donde reinventa el montaje musical disociado de las imágenes, como un eco de lo que el compositor barroco iba a aportar conceptualmente a la moderna Europa. Con anterioridad, tuvo un amago de vuelta plasmado en «Puente de Varsovia», película hermética recibida en el Festival de Cannes con deserciones en la sala de proyección. Era un sucesión de partes visuales inconexas, a la vez que insertaba la crítica dialéctica de la decadencia intelectual de los años noventa, como antes lo había hecho con la burguesía que se acomodó al continuismo de la dictadura.

Pese a ser un cineasta experimental, el catalán Pere Portabella siempre ha sido muy participativo y abierto a la colaboración con otros colegas de profesión, con tal de impulsar movimientos creativos. Como productor apoyó al director Luis Buñuel en «Viridiana», a Carlos Saura en «Los golfos» y a Marco Ferreri en «El cochecito» y también coescribió el guión de la película «El momento de la verdad» para el director italiano Francesco Rosi.

Pero su proyecto más adelantado fue el que compartió a finales de los años sesenta con el iconoclasta Jess Franco, durante la filmación de «El Conde Drácula». Se ha dicho que es uno de los títulos más sujetos a la narrativa convencional de la carrera del tío Jess, quien, por una vez, quiso hacer una obra de género respetando las reglas y con una calidad formal, pareja a la de las producciones de la Hammer inglesa. De hecho, contó con la presencia de Christopher Lee y Herbert Lom en un reparto en el que no faltaban sus musas Soledad Miranda y María Röhm, además de un inconmensurable Klaus Kinski.

Todos ellos, junto con el propio Jess Franco, aparecen en la película paralela de Pere Portabella. De editarse las dos juntas formarían un extraño cara y cruz, aunque el film «Vampir-Cuadecuc» podría ser confundida con lo que hoy en día se entiende por un making of. Sin embargo, va mucho más allá del documental al uso en torno a un rodaje, al hacer una reflexión sobre el género del terror y sobre la relación entre la realidad y la ficción, proponiendo, así, su propia versión de la novela gótica escrita por el irlandés Bram Stoker.

Estreno

Dirección: Pere Portabella.

Guión: Joan Brossa y Pere Portabella.

Int.: Christopher Lee, Herbert Lom, Klaus Kinski, Maria Röhm, Jess Franco.

País: Estado español, 1970.

Duración: 70 minutos.

Género: Experimental.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo