Cuando el reloj marque las cuatro de la mañana del domingo en Euskal Herria, Maeztu y sus compañeros comenzarán a rodar en el velódromo de Laoshan en la modalidad de persecución por equipos. El donostiarra nos cuenta los entresijos de la especialidad y las opciones del cuarteto en estos Juegos Olímpicos. Además, no pierde la oportunidad de lanzar una pequeña crítica, bien merecida, a los medios de comunicación. Esta es la conversación que mantuvimos con el ciclista poco antes de que se marchara a tierras chinas.

¿Qué le llamó la atención del ciclismo en pista?

Empecé en la pista porque en Donostia hay un velódromo y en invierno se suele ir mucho para no mojarte. Pero el tema es que le cogí el gustillo. El primer día que corrí anduve muy bien, y luego ya sabes como es esto, a medida que iba ganando carreras y las cosas me salían bien, me gustaba más el ciclismo en pista.

Hay muchos ciclistas que actualmente compiten en ruta que han salido de la pista. ¿Alguna vez se ha planteado el poder seguir sus pasos?

Eso es algo que no depende de mí. Es algo que siempre lo tendré ahí, pero al final dependes de que te fiche un equipo. A mí siempre me hubiera gustado, y creo que si hubiera pasado a profesionales hubiera mejorado también mucho en pista. Aparte de eso yo empecé bastante tarde a correr, en juveniles de segundo año.

No ha sido algo que me haya obsesionado, y viendo hoy en día los fichajes que hay y los corredores que están buscando, que son todos jóvenes, te acaba desanimando. Aparte, con la edad que tengo, tampoco es algo a lo que le dé vueltas.

¿Con qué objetivo acude a la cita?

Un éxito sería hacer entre los cinco primeros. Los últimos tres años no han salido las cosas, ha habido muchos cambios en la selección y no se acertó. Hay algún equipo como Dinamarca que ha mejorado mucho, y repetir lo de Atenas va a ser muy complicado.

Pensar en medalla ahora mismo es muy complicado, pero sí que veo factible poder optar a un quinto o sexto puesto. Como ya te he dicho en los últimos años no han salido demasiado bien las cosas, y eso es en gran medida porque no se ha trabajado bien. 2004, 2003, 2002... siempre estábamos en los puestos de medallas.

Pero hubo cambios, ya no está Jaume Mas, el entrenador que nos llevó a ganar el bronce en Atenas 2004, y no terminan de salir las cosas. Hay cambios también entre los corredores. Lo que ha entrado es muy bueno, pero lo que se ha ido también. Falta algo, falta hacer más equipo. Yo recuerdo que en Atenas 2004 éramos como una familia y a día de hoy no termino de tener esa sensación y eso me da un poco de pena.

El ciclismo en pista ha pasado por malos y buenos momentos en Euskal Herria. ¿Qué tal ve la situación actual?

Para mí no está en el mejor momento, pero tampoco en el peor. Ahora mismo estamos en el máximo nivel con Unai Elorriaga, que ha sido campeón de Europa, o Leire Olaberria, que está andando en los puestos de delante, y yo también estoy en la selección. Estamos los tres para los Juegos.

Por eso, a nivel de élite hay más nivel que muchas veces, pero sí que noto que falta un poco de nivel en la base. Ha habido momentos en los que la base estaba mucho mejor, pero en la élite había un bajo nivel.

No es su primera vez, así que descríbanos un poco qué es lo que se siente en unos Juegos.

Al final es todo por la repercusión mediática que tiene. Es una competición de todos los deportes en el que están todos los países y su seguimiento es a nivel mundial. Y luego está la infraestructura que se monta, que es impresionante. Y el ambiente deportivo y de hermandad también tiene su aquel. Estar en la villa olímpica está muy bien. Te sientes como un marajá, que tienes todo a tu disposición. Es como un pueblo.

En Atenas la villa olímpica era más o menos como el barrio Bentaberri de Donostia. Incluso entrenábamos por dentro de la villa olímpica en bicicleta. Eran todo casitas, separadas por países, y había comedores gigantes que es cuando te juntas con todo el mundo. Se dan cosas curiosas como ver la caseta de los atletas iraquíes al lado de la de otros países...

El haber conseguido una medalla, ¿aumenta la presión o le hace ir con más seguridad?

Presión no hay ninguna. Eso empieza cuando llegan los medios nacionales, cogen los resultados de 2004 y dicen: «¡Coño!, aquí hay cuatro que iban en bici que hicieron medalla, y aquella que pegaba tiros también lo hizo bien y una que iba a caballo también». Pero bueno, la presión que nos puedan meter los medios no es algo que nos afecte. La presión es la tuya misma, que sabes que si no lo haces bien tus ingresos el año que viene se van a reducir. Porque nuestro sueldo depende de los resultados... y si no hay resultados estás jodido.