Una «Carmen» en blanco y negro llenará de ópera el Kursaal donostiarra
Como cada año, la Quincena Musical ofrecerá a los donostiarras la oportunidad de disfrutar de una ópera representada, un espectáculo poco habitual en la ciudad. En esta ocasión se trata de tres representaciones de la popular «Carmen», de Bizet, los días 16, 18 y 20 de este mes. Se trata de una producción del Teatro del Capitolio de Toulouse, dirigida por Nicolas Joel y con un reparto de cantantes proveniente en su integridad del Estado español.Mikel CHAMIZO | DONOSTIA
Ayer por la tarde los nervios estaban a flor de piel en los interiores del Kursaal. Tras más de una semana de intenso trabajo, había llegado por fin el momento del ensayo general de «Carmen», la popular ópera que la Quincena Musical ha elegido representar este año como uno de los platos fuertes de su programación. Una producción de «Carmen» llegada desde el prestigioso Teatro del Capitolio de Toulouse y diseñada por Nicolas Joel, que se trajo consigo a unos cuantos de sus más cercanos colaboradores para ayudarle a sacar adelante el proyecto en un plazo tan breve. Pero aunque el alma de la producción sea francesa, en las tres representaciones donostiarras los cantantes serán, todos ellos, del Estado español. «No ha sido algo premeditado -aclara Oihana Mugerza, directora artística de la Quincena-. Para cada rol estuvimos barajando diversas opciones, y finalmente ha resultado que los elegidos son todos españoles. Pero ha sido algo casual». En cualquier caso, las funciones de mañana, del lunes y del miércoles serán una buena oportunidad para comprobar si contamos con buenos mimbres para la lírica por estos lares. En el ensayo de ayer cantaron casi todos -Ángel Ódena, que interpreta al torero Escamillo, andaba un poco afónico y prefirió reservar su voz-, pero los cantantes tienden a la prudencia en los ensayos y a no derrochar voz, así que mejor será esperar a mañana para dictar un juicio definitivo.
Pero no nos apresuremos, porque aunque la función comenzó a las seis de la tarde, los interiores del Kursaal ya bullían de actividad un par de horas antes. Un ensayo general es una réplica de una función real, así que los cantantes deben salir perfectamente vestidos, peinados y maquillados, y eso, en el caso de las óperas, suele suponer un trabajo considerable para modistas, peluqueras y maquilladoras. En efecto, todas féminas, apresurándose para convertir, en un tiempo récord, a personas perfectamente normales en gitanos, toreros y militares. Como el joven valenciano Germán Villar, que encarnará al miliciano vasco Don José, locamente enamorado de «Carmen». Es la segunda vez que interpretará al personaje, así que el reto es importante. «Don José es un personaje psicológicamente muy complejo -explica Villar-. Se debate entre el deber y la admiración que le tiene a Carmen. Sobre él pesan las palabras de su madre, lo que le exige la sociedad y los deberes hacia la milicia, pero su amor por Carmen es tan grande que finalmente decide desertar y convertirse en un marginado por ella. Y, al final, cuando descubre que Carmen no le ama y que su vida está totalmente destrozada, decide matarla». Efectivamente, ese es el desenlace, aunque cuando uno conoce a Nancy Fabiola Herrera, la encantadora mezzosoprano que hace de Carmen en Donostia, se siente especialmente afligido por el trágico final de la gitana sevillana. «De Carmen se podrían decir muchísimas cosas -opina la cantante canaria, que actúa en Donostia por primera vez-. Es una mujer fuerte, llena de carácter, muy práctica en su manera de enfrentarse a la vida, viviendo siempre al momento, un hecho que hace que a los ojos de los demás pueda parecer una mujer cruel, sin sentimiento. Pero al contrario, en su carácter se combina la alegría, el humor, la inocencia de una niña, con ese temperamento fuerte de la gente que sabe lo que quiere y no se doblega ante nada. Para cualquier intérprete el de Carmen es un personaje especial, muy rico tanto vocal como psicológicamente, que te obliga a sacar todo lo mejor de ti».
Como en toda buena novela, Prosper Mérimée ideó una antagonista para Carmen. Se trata de Micaela, una joven vasca a la que dará vida una soprano que, según sus palabras, podría ser ella misma en la vida real. La ordiziarra Ainhoa Garmendia, una de las cantantes más queridas por el público donostiarra, ha vuelto desde Alemania para abordar a este personaje que «simboliza la bondad, lo religioso, todo lo opuesto a Carmen, pues se trata de un ser angelical. Conoce a Don José de toda la vida, está decidida a casarse con él, y ese amor puro es el que la lleva a meterse en todo el tumulto, a mezclarse con toda esa gente de vidas libres, rompiendo todos los esquemas. Micaela va a buscar a Don José allá donde está, utiliza la figura de su madre para ejercer una influencia sobre él, pero a pesar de todos sus intentos no logra que su amado olvide a Carmen».
Momentos antes
Se acerca la hora de la función y se puede percibir en el ambiente una anhelante tensión. Sobre todo en los niños de la Escolanía del Coro Easo, que no suelen actuar muy a menudo en óperas, aunque la última vez que la Quincena programó «Carmen», hace ya catorce años, los que dieron vida a los «rapaces» de la historia fueron los chavales de la generación anterior de esta misma escolanía. «Pero ellos se lo pasan estupendamente -explica Gorka Miranda, director del Easo-. Al principio se les hizo un poco difícil, pero con cada ensayo han ido soltándose y disfrutando más, con el movimiento, los juegos... se les ha visto realmente felices. Además su parte es muy importante, porque `Carmen' cuenta una historia muy triste y los niños significan ese contrapunto lúdico y juguetón tan necesario».
Ha llegado el momento. Se abre el telón y se descubren unos escenarios sobrios y llenos de claroscuros. Nada que ver con el despliegue de colorido y exotismo que suele acompañar a las representanciones de «Carmen». Joel tenía muy claro lo que buscaba: «He intentado ser lo más fiel posible al original, evitando las versiones folkloristas y demasiado coloristas de `Carmen', que para mí no tienen nada que ver con la verdadera ópera. Para ello he buscado una escena sobria, de negros y blancos, en el que lo superficial cede su lugar a la construcción de la personalidad de los personajes». Curiosamente, para crear ese espacio blanquinegro ha contado con la colaboración de dos de los más grandes diseñadores teatrales, conocidos por el colorido y la exhuberancia de sus trabajos: el escenógrafo Ezio Frigerio y la figurinista Franca Squarciapino. El público podrá juzgar el resultado a partir de mañana.
La Orquesta Sinfónica de Euskadi, la Coral Andra Mari y la Escolanía Easo también tomarán parte en este espectáculo, ambientado en los primeros años del siglo XIX en Sevilla.
La canaria Nancy Fabiola Herrera debe de tener mucho de bueno que ofrecer al personaje, pues en estos momentos es una de las Carmen más de moda en todo el mundo, tras sus sonados triunfos interpretando a la gitana en el Metropolitan de Nueva York y el Covent Garden londinense.
Aunque la ordiziarra Ainhoa Garmendia ha actuado muchas veces en la Quincena nunca lo había hecho en un rol operístico, así que los donostiarras podremos descubrir por fin una de sus facetas más alabadas en Alemania, la de actriz. Ella interpreta a Micaela, un ser «angelical».
Fecha: Sábado 16, lunes 18 y miércoles 20.
Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia).
Hora: 19.00 h.
Precio: 10 a 80 euros. Vendido casi todo el aforo, excepto el miércoles donde ayer todavía quedaban entradas.