El polvorín del Cáucaso
Rusia asegura a Osetia y Abjasia que defenderá su independencia
Rusia aseguró ayer que defenderá la postura independentista de Osetia del Sur y de Abjasia porque, en palabras de su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, «nadie» será capaz de convencerles de que vuelvan «al seno de Georgia» tras lo ocurrido. En el plano militar, las tropas rusas seguían negociando la devolución del control de Gori mientras llegaban a otras ciudades, como el puerto de Poti.
GARA | MOSCÚ
El presidente ruso, Dmitri Medvedev, se reunió ayer en el Kremlin con los presidentes de Osetia del Sur, Eduard Kokoity, y Abjasia, Sergei Bagapsh, quienes firmaron el plan de paz de seis puntos para poner fin a las hostilidades presentado el martes por Nicolas Sarkozy, y respaldado, con matizaciones, por Rusia y Georgia.
«Estáis al corriente de la deliberación del punto 6» del plan de paz, afirmó Medvedev en referencia a la modificación introducida por Tbilissi respecto al texto aprobado inicialmente por Moscú, que suprimió la mención a un diálogo internacional sobre el «estatus futuro» de los dos territorios por un debate sobre «las modalidades de seguridad y estabilidad» de Osetia del Sur y Abjasia.
«Quiero que sepáis -añadió- y que transmitais a los pueblos de Abjasia y Osetia del Sur que el punto de vista ruso es inmutable. Apoyaremos cualquier decisión de los pueblos de Osetia del Sur y Abjasia», prometió, dejando claro así su respaldo a la independencia de facto de ambas.
Moscú, que hasta ahora no ha reconocido la independencia de estos territorios, ya advirtió que el reconocimiento de la independencia de Kosovo por parte de Occidente sentaría un precedente que le daría derecho a hacer lo mismo con Osetia del Sur y Abjasia.
También el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, se pronunció en el mismo sentido, advirtiendo de que tras el conflicto armado de estos días «nadie podrá hacer admitir a los osetos y abjasos que es posible volver obligados al seno del Estado georgiano».
«No queremos el desmembramiento de Georgia, pero la situación es tal actualmente que ni los osetos ni los abjasos quieren vivir en el seno de un Estado con un nombre que lanza sus tropas contra ellos», añadió Lavrov, en clara referencia al presidente georgiano, Mijail Saakashvili. En opinión del ministro ruso, cualquier plan de arreglo que contenga las palabras «integridad territorial» de Georgia será un insulto para abjasos y osetas, y sostuvo que «las heridas tardarán mucho tiempo en curar».
No habrá diálogo
Las palabras de Medvedev y Lavrov animaron a los presidentes caucásicos, que aprovecharon su presencia en Moscú para hacer duras declaraciones contra Georgia, pero también contra EEUU y los países europeos, a quienes Kokoity acusó de ser responsables del «genocidio» georgiano en Osetia del Sur.
Bagapsh advirtió de que «ninguna fuerza podrá detener» la independencia de Osetia del Sur y Abjasia y dijo que no hay posibilidad de diálogo con las autoridades georgianas. Aseguró que ambas han abierto la vía de la independencia y que «caminarán juntas por ese camino».
Descartó mantener cualquier tipo de diálogo con Georgia sobre el futuro estatus de ambos territorios. «Antes de la agresión contra Osetia del Sur existía cierta posibilidad de dialogar a través de mediadores internacionales o el secretario general de la ONU, pero ya no habrá ninguna conversación con Georgia», subrayó Bagapsh, cerrando así la puerta a un eventual diálogo que la comunidad internacional esperaba iniciar tras consolidar el acuerdo de cese de hostilidades alcanzado el martes.
La otra cuestión a debate en estos momentos, el envío de observadores a Georgia, cuenta también con el rechazo de ambos territorios. Al respecto, Kokoity advirtió de que no permitirá la presencia de observado- res extranjeros en Osetia del Sur. «Los observadores extranjeros deberán permanecer en territorio de Georgia y no de Osetia del Sur», previno, insistiendo en que «en Osetia del Sur y Abjasia permanecerán sólo las fuerzas rusas de paz, y que ni se hable de las fuerzas de paz georgianas».
Tanto la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) como la UE se han mostrado dispuestas a enviar observadores que supervisen el alto el fuego.
Por lo que respecta al plano militar, como en días anteriores, rusos y georgianos se dedicaron a informar, desmentir y puntualizar lo que decía la otra parte. Así, todavía ayer podían verse tropas rusas en los alrededores de Gori, realizando «labores de reconocimiento», según Moscú, si bien el Ministerio georgiano de Interior anunció que las fuerzas georgianas habían recuperado el control de la ciudad, la más afectada en territorio georgiano.
Al parecer, a última hora de la noche de ayer continuaban las negociaciones para el traspaso del control de Gori, a donde durante el día llegaron efectivos de las fuerzas de seguridad para hacerse cargo de la ciudad, y la retirada de las tropas rusas hacia Osetia del Sur.
Mientras, a la ciudad portuaria de Poti, llegaron tanques y vehículos blindados para el transporte de tropas rusos, presencia que su Estado Mayor consideró legítimo al tratase de «fuerzas de paz rusas».
También se informó de la presencia de una columna de más de 100 vehículos militares, entre ellos 40 blindados, en los alrededores de Zugdidi, próxima a Abjasia, sin que haya habido confirmación oficial al respecto.
El objetivo de la presencia militar rusa en estas ciudades georgianas era, al parecer, destruir instalaciones y material militar.
Entretanto la ayuda internacional comenzó a llegar a Georgia, aunque no a los afectados por el conflicto armado. La falta de un corredor humanitario impidió que los convoyes pudieran abandonar la capital georgiana, Tbilissi, en dirección al norte.
Según Bruselas, el conflicto ha dejado en torno a 150.000 refugiados. En Osetia del Sur habría 45.000 refugiados, 60.000 en Gori y otras ciudades georgianas y 45.000 georgianos refugiados en Abjasia. Señaló, además, que hay unos 90.000 desplazados. Alertó de la «necesidad urgente de ayuda médica» y alertó sobre un «probable riesgo» para la seguridad alimentaria en Osetia del Sur, situación que calificó de «deplorable».
EEUU tuvo que insistir en que sus buques y aviones militares transportaban ayuda humanitario y que su intención no era proteger los puertos georgianos, tal y como habían insistido las autoridades rusas.
El Comité de Instrucción de la Fiscalía rusa informó hoy del inicio de un proceso por «genocidio» por la muerte y los graves daños causados por las Fuerzas Armadas georgianas a ciudadanos rusos y de nacionalidad oseta residentes en Osetia del Sur.
Más de 150 presos se fugaron el martes de una cárcel de máxima seguridad de Khoni. Debido a los combates, «los reos no fueron custodiados por unidades especiales de las fuerzas de seguridad», que fueron destinadas a operaciones militares.
Los ejércitos de Rusia y de Georgia cometieron «ataques indiscriminados» contra la población civil en Tskhinvali, Gori y otras ciudades del país durante los cinco días de combates, según testimonios recogidos por Human Rights Watch (HRW) en un informe. Viviendas civiles, hospitales e, incluso, guarderías fueron atacadas y utilizadas por unidades de ambos ejércitos y milicianos surosetos.
HRW expresó también su fuerte preocupación por la naturaleza de los ataques y pidió a ambos gobiernos que investiguen los posibles crímenes de guerra cometidos por sus fuerzas armadas durante los días de combate. «Las fuerzas de Rusia, Georgia y Osetia del Sur están obligadas por el Derecho humanitario Internacional a proteger a los civiles de los combates», indicó. Y añadió que «las últimas informaciones sobre víctimas civiles en Gori, Tskhinvali y localidades de alrededor ponen en duda que los ejércitos están respetando esa obligación».
Una doctora del hospital de la capital oseta aseguró haber atendido, entre el 6 y el 12 de agosto, a 273 civiles heridos y que el centro había recibido al menos 44 cadáveres, de civiles y soldados. Indicó que entre los días 8 y 11 el personal sanitario trasladó a todos los pacientes a la planta baja debido a los constantes bombardeos. HRW pudo constatar los daños en las plantas superiores por el impacto de múltiples cohetes. La doctora afirmó que entre las víctimas y heridos había más civiles que militares y que todos fueron llevados a hospitales móviles.
Además, la ONG denunció que decenas de civiles murieron y resultaron heridos en la explosión ocurrida frente al Ayuntamiento de Gori, en la que falleció un periodista holandés. La ciudad, según el informe, está prácticamente desierta y hay decenas de viviendas destruidas por las bombas. «Los agujeros apuntan a lanzagranadas, artillería pesada y otras armas que no deberían utilizarse en zonas habitadas por civiles», dijo.
HRW constató también los ataques con lanzagranadas contra una guardería y sus edificios contiguos en Tskhinvali, de donde los niños habían sido evacuados antes del inicio de los combates, «sin importales la situación de los civiles».
Robert Gates, secretario de Estado de Defensa de EEUU, dijo que su país no desea unas relaciones con Rusia como las que tenían durante la Guerra Fría, pero advirtió a Moscú de que si mantien su actitud «agresiva» éstas sufrirán serias consecuencias.