Paquete de medidas que deja al margen a quienes más crudamente padecen la crisis
Tras la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros español, inusualmente compareció Jose Luis Rodríguez Zapatero, quizá para aparentar una abnegada dedicación, en plenas vacaciones, a la tarea de hacer frente a la crisis o, en palabras suyas, al estancamiento y frenazo de la economía. Dos veces ha revisado a la baja ese gobierno las previsiones de crecimiento; aún así, Zapatero sigue sin pronunciar la palabra «crisis». El hecho de que, frente al nulo crecimiento de Alemania y del Estado francés, el Estado español ha crecido mínimamente lleva a su gobierno a considerar que la situación no es tan grave. Las medidas económicas y fiscales aprobadas ayer han sido tachadas de insuficientes por partidos y sindicatos, pero ante todo llama la atención a quién van dirigidas: a empresarios y a quienes de mayor renta disponen. Es significativa la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio, que afecta a quienes poseen más de 600.000 euros. Las familias que no llegan a final de mes no tenían ni tienen ese problema, sino otro mucho mayor para el que no se ha tomado medida alguna. El gobierno «socialista», cuando no hay elecciones de por medio, olvida a los trabajadores, a los más necesitados.