ikurriñas y pancartas en favor de la amnistía inundan la Plaza en el cohete
Poco antes de las doce del mediodía de ayer, la Plaza de Navarra de Tafalla se presentaba abarrotada de ikurriñas y emblemas por la amnistía. Tras el estallido del cohete, en pleno éxtasis de alegría y desenfreno, las peñas marcharon unidas hacia los bares al son de la música. Después se brindó un homenaje a los presos políticos.
Asier VELEZ DE MENDIZABAL
Desde ayer y hasta el próximo miércoles, los tafalleses están de enhorabuena. Como no podía ser de otra manera, a las doce en punto del mediodía estalló en el cielo el tradicional cohete anunciador de las fiestas, desatando la alegría entre los cientos de vecinos de todas las edades que en ese momento poblaban la Plaza de Nafarroa. Una plaza que amaneció repleta de ikurriñas y emblemas por la amnistía y en contra de la aplicación de la «doctrina Parot».
De hecho, y pese a que la alcaldesa de UPN, Cristina Sota, anunció que trataría de impedir que se desplegase una ikurriña desde alguno de los balcones del Ayuntamiento, finalmente una enorme enseña vasca y una pancarta reclamando la amnistía para los presos vascos ondearon desde el Consistorio.
En esta ocasión, el encargado de prender la mecha fue Santiago Lanas, concejal de Sanidad y presidente del Patronato de Cultura (PSN). «¡Viva la Asunción, viva Tafalla, gora Tafalla!», gritó el concejal antes de lanzar el txupinazo, tras lo que el júbilo se apoderó por completo.
Cientos de jóvenes y no tan jóvenes se unieron entonces a las peñas Aguazón, Cierzo y El Empuje en su recorrido hasta la zona de bares. Por el camino, bailando al compás que imponían la txarangas, los mozos pedían que les lanzaran agua desde los balcones, algo a lo que más de un vecino se prestó gustosamente, incluso con mangueras.
En pocos minutos, los bares y terrazas se llenaron de gente, las calles presentaban un colorido especial y las txarangas no dejaban de repetir las mismas melodías. En definitiva, la ciudad comenzó a latir al ritmo de la fiesta, en un estado que perdurará hasta el próximo día veinte.
Una hora después del estallido del cohete, decenas de personas se congregaron en las inmediaciones del bar El Pasadizo para exigir la amnistía para los represaliados vascos en general y la excarcelación de los presos de Tafalla Jose Javier Osés, Inés del Río y Josu Bravo en particular. En el caso de Del Río, que permanece presa nada menos que desde 1987 y a la que se le ha aplicado la »doctrina Parot», exigieron su inmediata excarcelación, y también tuvieron palabras de ánimo para Osés, encarcelado en noviembre.
De ese modo, se dedicó un aurresku y una jota a los presos y posteriormente los allí presentes cantaron el ``Hator, hator'' y el ``Eusko gudariak', antes de concluir con un brindis.