Publicitan -y no es ninguna bilbainada- desde las konparsas de la villa de Don Diego que la única semana con diez noches no está en ningún planeta remoto del Sistema Solar, sino en Bilbo: durante Aste Nagusia. Pues esa semana tan singular en la que -también recita su particular «nuevo catecismo»- «si ves muchas camisetas iguales a tu lado estás rodeado de konparseros» arranca bajo la amenaza de lluvia esta misma tarde.

«Aste Nagusi/ bakarra munduan», reza la letra de Edorta Jimenez. Una semana que arranca y no para ni un segundo hasta el próximo día 24, cuando Mari Jaia, sí, esa misma que este año cumple tres décadas, ponga fin a su singladura festiva. Por delante, pura fiesta, y, volviendo a los «25 mandamientos» de Bilboko Konpartsak, no lo olvides, el teatro de la vida no se acaba en el katxi de kalimotxo.

No hay bilbaino que a estas horas no sienta el hormigueo festivo por su cuerpo. Si no es así, seguro que no sabe eso de que el lugar más apropiado para estar para un bilbaino o bilbaina durante Aste Nagusia es el propio Bilbo. Ya sea esta tarde en la plaza del Arriaga, en sus aledaños, o celebrándolo con amigos o en soledad en cualquier otro rincón de la villa.

Quien lo quiera hacer in situ no puede faltar a la cita de las 19.00, reverenciando a la treinteañera Mari Jaia, saludando las palabras del pregonero y siguiendo el rastro del cohete prendido por la txupinera. Las previsiones de Euskalmet anuncian para esta tarde chubascos débiles a moderados, con posibilidad de ser tormentosos, con lo que lo del chupinazo limpio que proclaman desde el Ayuntamiento y las propias konparsas, quizá quede para otro año. Por cierto, que esas mismas previsiones meteorológicas apuntan a que, al menos hasta el miércoles, todo indica que seguiremos con tiempo revuelto e inestable, como el estómago de muchos bilbainos en las próximas horas.

Se suele decir que al mal tiempo, buena cara y seguramente eso será lo que escenifiquen desde un par de horas antes del chupinazo la veintena de konparsas que acudan a la bajada festiva que comenzará en Begoña y discurrirá con orden pero sin concierto hasta el Arriaga. A buen seguro que el «agua de Bilbao'»habrá empapado a muchos de ellos incluso antes de la posible tormenta. Bilboko Konpartsak anuncia sorpresas en la bajada, quizá una de ellas la presencia de una veintena de «toreros» antitaurinos.

Un desfile de música y colores en el que se echará de menos a Ameli, Amalia Jauregizar, la «súper abuela» de Tintingorri que con 82 años vistió por última vez su uniforme de txupinera en abril de este año. «Si hay un Cielo, allí estará Ameli, dispuesta a seguir de marcha», como recuerdan en los prolegómenos de la fiesta sus compañeros de konparsa.

Ella, Ameli, seguro que vivió con intensidad festiva muchas de esas ya treinta aste nagusias. Como rememora Bilboko Konpartsak en su web, «sería prolijo recordar los desencadenantes de los sucesos de agosto de 1978, pero el resultado es que a raíz de un concurso de ideas para una Semana Grande popular, el colectivo popular de EMK, Txomin Barullo, se alza con el premio y apoyado por las AAVV, exige que no se quede en un mero galardón sino que se lleve a la práctica. La presión vecinal se impone y se nombra la primera Comisión Popular de Fiestas». Era el embrión de la primera Coordinadora de Comparsas.

Aquella locura de unos cuantos que daría origen a Aste Nagusia apura ya sus últimos minutos para descorchar una nueva y emotiva edición: su treinta cumpleaños, los mismos que Mari Jaia o los inolvidables 25 agostos transcurridos desde las inundaciones de 1983. Mucho por lo que brindar. «Marijaia bera/ gure Marijai/ Bilbora etorri da/ Aste Nagusira».