La violencia de género y su contexto
La muerte de una mujer en la localidad alavesa de Mañueta es el tercer caso de violencia de género con resultado de muerte en Euskal Herria este año. Tres casos que no deben ocultar el resto de agresiones que a diario se suceden y son muestra insoportable de un comportamiento que se tiende a asociar a épocas pasadas, a mentalidades anticuadas. Quizá algunos no se resistan a hacerlo tras este último crimen, dado que el autor del mismo y marido de la víctima es un hombre de 72 años. Sin embargo, si se pretende hacer un análisis mínimamente riguroso de este fenómeno, conviene tener en cuenta que los autores de las dos muertes anteriores son jóvenes de 20 y 27 años, y las agresiones de todo tipo a mujeres protagonizadas por jóvenes en modo alguno son casos aislados .
No se trata de culpabilizar directamente a nadie, excepto a los autores de las agresiones. Pero sí cabe una reflexión acerca del contexto social en el que se gestan y producen éstas. Si bien a nivel teórico y discursivo, e incluso legal, se proclaman valores de igualdad y respeto contra la discriminación que se recogen en los currícula escolares y en campañas institucionales, y a su vez se elaboran leyes de igualdad, la realidad es que las actitudes discriminatorias y de desprecio hacia las mujeres están a la orden del día en todos los ámbitos: en el mundo laboral, en los hogares, en los centros educativos, en las fiestas... Y ni los currícula, ni las campañas ni las leyes son capaces de reconducir esas actitudes. La responsabilidad de hacerlo es de toda la sociedad, y tiene que asumirla, pero las instituciones tienen una responsabilidad aún mayor y han de ir más allá del discurso. Para empezar, con su ejemplo, algo en lo que en ocasiones dejan mucho que desear. No se trata de «cumplir» con medidas una y otra vez ensayadas y cuyo resultado está a la vista, sino de hacer frente a un fenómeno para cuya erradicación son necesarias grandes dosis de concienciación y una estrategia clara a medio plazo.
Desgraciadamente, no parece tratarse de un problema de inmediata solución, antes bien se antoja largo y complicado, y por eso mismo urge dedicarle la atención que merece. Por parte de todos.