GARA > Idatzia > Iritzia > De reojo

Raimundo Fitero

¿Es posible?

Supongamos que todos los seres humanos que compiten en los juegos olímpicos tienen el mismo régimen alimentario, que utilizan los mismos apoyos sicológicos, técnicos, farmacológicos; que no existe trampa ni cartón, o si existe está la alcance de todos de la misma manera. Situados en este punto cero de la inocencia deportiva, ¿es posible que uno pueda conseguir ocho medallas en una piscina frente al resto de la humanidad? ¿Es posible que otro ser humano corra cien metros en nueve segundos y sesenta y nueve centésimas, y lo haga, además, como si estuviera haciendo un paseo triunfal?

Lo del jamaicano Usain Bolt es una imagen fuera de lo común, es como si estuviéramos ante una manipulación del tiempo y del espacio, que no es posible que los supuestamente más rápidos del mundo corran al borde de sus posibilidades y que Bolt les saque unos cuantos metros sin aparente esfuerzo, como si todavía pudiera subir esa velocidad si fuera necesario. Las condiciones de la pista eran iguales para todos, los recursos de indumentaria similares, y resulta que el campeón corrió con los cordones de las zapatillas desatados, lo que añade datos para el misterio, para la leyenda, para la incredulidad. ¿Es su cuerpo diferente al del resto de los mortales? ¿Un entrenamiento apropiado puede convertir a alguien en más rápido que el viento? ¿Es posible llegar a estas marcas por métodos darwinianos o es necesario que aparezcan los genetistas, los hematólogos?

Cuando dan datos de la constitución de los cuerpos de estos campeones, Phelps, Bolt, siempre se juega a favor de la evidencia, y entonces se descubre que tienen unas piernas de tales dimensiones, unos pies muy apropiados para convertirse en aletas, una musculatura explosiva que se pone en marcha en décimas, y, de fondo, nos queda un estribillo sobre el sacrificio, las horas de entrenamiento, los métodos científicos para mejorar sus prestaciones, su fe, su constancia, su determinación. Asuntos que rozan la literatura mitológica, porque seguramente todos, los que ganan oro, los que ni llegan a los juegos, emplean los mismos resortes mentales pero a unos les funcionan y a otros no. ¿Por qué? Esperemos el contraanálisis.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo