La bandera de México es un rectángulo de tres colores, verde, blanco y rojo, que en el centro lleva su escudo nacional, el cual consiste en un águila real devorando a una serpiente sostenida con su pico y su garra. El águila está sobre un nopal situado en un islote sobre el lago de Texcoco, y la representación se basa en la leyenda azteca que narra cómo el pueblo mexica viajó durante 200 años en territorio mexicano en busca de la señal indicada por Huitzilopochtli para fundar la ciudad de Tenochtitlán, actual ciudad de México, la señal indicaba que habían de construir su ciudad donde encontraran a un águila devorando una serpiente.

El verdadero significado de cada uno de los colores de la bandera mexicana es: verde, independencia de España, verde nuestra tierra mexicana; blanco, religión, y rojo, la sangre de los héroes que defendieron nuestra patria. Los españoles cambiaron el significado, diciendo que verde significaba esperanza y blanco unidad. El significado de sus colores fue recordado, confirmado y adoptado por México durante la Guerra de Independencia con España.

Todo este resumen del escudo y los colores de la bandera es para explicar que una bandera es símbolo de una nación porque encierra un gran peso geográfico, histórico y, sobre todo, de identidad nacional. Y por si fuera poco, un significado y peso enorme de emociones y sentimientos compartidos por una nación, por eso me parece totalmente una violación que España intente imponer su bandera española a los vascos, y que intente prohibir la ikurriña en cualquier acto público político o festivo. Es una más de las tantas barbaridades que se cometen día a día contra el pueblo vasco; es el equivalente de prohibir a los españoles su bandera e imponerles la ikurriña; es como querer negar la madre que nos ha parido; es como pretender que reniegues de tu idioma, de tu cultura, de tu madre tierra; es como querer prohibir un símbolo de unión que significa mucho más que lucha y resistencia, mucho más que territorio geográfico, histórico y cultural; es querer prohibir que los vascos compartan sentimientos, intereses, sueños y la lucha colectiva por defender su territorio de invasiones españolas o francesas.

La bandera no representa únicamente un trozo de tierra, es nuestro estandarte en la guerra, en la defensa de nuestros derechos, de nuestro territorio, de nuestra identidad; es el reclamo del dolor colectivo; es vida y sentimiento. Por tanto, yo invitaría a los políticos españoles a que investiguen acerca del País Vasco, a que reconozcan su identidad, a que respeten no sólo su ikurriña como símbolo nacional, sino que respeten a los vascos en toda la extensión de la palabra, que respeten su derecho a decidir y a defender su territorialidad sin más trampas y errores políticos.