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Saioa González Erro y Fernando Iriarte Larrea Afectados

Opiniones sobre la Ley del Aborto y la objeción de conciencia

Queremos animar a todas las mujeres y/o parejas que hayan pasado por esta situación a que la hagan saber

Se habla mucho de la Ley del Aborto, pero se habla muy poco del obligado cumplimiento de la misma y el respeto obligado y debido a toda paciente.

Suena paradójico que profesionales que trabajan en Osasunbidea tengan además consultas privadas. ¿Para lo mismo? ¿Para complementar un diagnóstico? Sí está claro que es para sacar unos euros más a quien vía impuestos le paga el salario de funcionario.

Si una persona no responde al perfil que requiere un puesto concreto, una de dos, o no se le adjudica el puesto o se le traslada a otro adecuado a su perfil, y en muchos casos se le despide.

También se habla mucho de la «objeción de conciencia» de las y los profesionales sanitarios que, acogiéndose a su «conciencia», no atienden a sus pacientes, como es su deber profesional, pero nada se dice del daño que generan a los mismos. ¡Esto no es de conciencia!

Esto no es la «mili»... o sí, y estamos en un gran cuartel gobernado por ineptos e ineptas. Así nos va.

Aquí en Nafarroa no se puede abortar acogiéndose a la Ley del Aborto, pero sí te damos a elegir, Madrid o Zaragoza. Eso sí, te pagamos el autobús y, si vas de víspera, una dieta de 20 euros. Toma ya. ¡Generosos y generosas!

Esto es el acto más subliminal de la hipocresía.

Mientras tanto, a profesionales que están dispuestos a ejercer su profesión en cumplimiento estricto de la Ley del Aborto, no se les permite ejercerla, es más, se les persigue y si es necesario hasta se les encarcela. Faltaría más.

A todo esto hay que añadir la «valentía» con que el Parlamento Foral en su conjunto afronta el tema, limitándose a trasladar a Madrid una solicitud para regular el «derecho a la objeción de conciencia».

Del derecho de las y los pacientes a ser atendidos y atendidas con el debido respeto y trato humano, además de lo establecido por ley, nada de nada.

Del obligado cumplimiento de toda persona (en este caso ginecólogos y ginecólogas y demás profesionales) a ejecutar la Ley del aborto, nada de nada.

Que no nos vengan a esta sociedad (utilizando su lenguaje) con baños de moralina piadosa, religioso-fundamentalista, que no pretende más que ocultar una ideología... simplemente franquista.

Estas reflexiones no son fruto de un momento acalorado, de enfado o de mala leche, no; son algunas concreciones a las que hemos llegado después de haber pasado por la amarga experiencia de tener que interrumpir el embarazo, de abortar, y de esto hace ya cuatro meses, tiempo suficiente para calmar los impulsos de aquellos días, superado el sentimiento de culpabilidad generado por una nula información y lo que, a nuestro entender es peor, por habérsenos ocultado la realidad ya en la primera ecografía.

Finalmente, queremos animar a todas las mujeres y/o parejas que hayan pasado por esta situación a que la hagan saber tanto a la sociedad como a los responsables de la gestión político-sanitaria de Nafarroa, para lograr de una vez por todas ser atendidas y atendidos en nuestro marco natural, familiar y social.

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