Gimnasia rítmica La alavesa pretende despedirse a lo grande
Una forma distinta de hacer historia
La gasteiztarra Almudena Cid quiere completar la carrera más longeva de la especialidad con su cuarta final olímpica consecutiva
Jon ORMAZABAL
No es la gimnasta con mejor palmarés, -al margen de su triunfo en los Juegos Mediterráneos sus éxitos se reducen al Estado español, donde ha conseguido siete títulos individuales-, su forma de entender la gimnasia está lejos de los códigos que emplean los jurados en sus puntuaciones y su cuerpo es muy distinto de los cánones que imperan entre sus competidoras, pero Almudena Cid quiere terminar de escribir en Beijing el capítulo que el libro de la historia de la gimnasia le tiene asignado.
Aunque es consciente de que estará lejos de la lucha por las medallas, su participación no será una más, sino que supone el broche de oro a la carrera más longeva de la gimnasia mundial. La gasteiztarra es la primera que va a participar en cuatro Juegos consecutivos y buscará ser la primera en clasificarse para cuatro finales.
Desde que debutara en Atlanta'96, Cid ha presenciado desde la tarima olímpica varios relevos generacionales y ni siquiera los cambios de código han conseguido apartarla de las citas olímpicas. «En los últimos años han cambiado el código varias veces, que es como si a los tenistas les subes diez centímetros la red o les cambias las dimensiones de la pista. El cambio técnico ha sido bestial».
Estas variaciones no le han favorecido, pero su pasión por la gimnasia le ha permitido estar en Beijing. Almudena es de la vieja escuela, de las que prefiere la gimnasia más artística, expresiva, estética y libre, sin las ataduras que hoy se exigen con el actual código de puntuación. En este sentido, en la nueva gimnasia «se favorece el contorsionismo en lugar de otros aspectos creativos. No puedo doblarme hasta ciertos límites porque me rompo. No favorecen tanto el manejo de los aparatos como el uso corporal».
«En nada, me retiro. Todo el mundo se pregunta cómo he llegado hasta aquí, pero a mí me parece algo normal. Si sigo aquí, es porque hago lo que me gusta, nunca me he sentido maltratada ni explotada y mi cuerpo aún resiste», relató recientemente.
Pero al margen de por su lucha por hacer de la gimnasia «un deporte de mujeres», es una gimnasta «diferente» por muchos otros motivos. Por un lado, lleva varios años diseñando sus trajes y el que se vista a partir de mañana en su despedida de los Juegos también será de su creación.
Su relación con los gestores de la Federación Española tampoco ha sido siempre fácil e incluso tuvo que echar un fuerte pulso para poder seguir preparándose con Iratxe Aurrekoetxea, su entrenadora de toda la vida.
Pero la vitalidad de la alavesa no termina en las tarimas y ha sabido hacerse un hueco en los medios de comunicación. Al margen de gestionar su propia web, ha participado en algún reality, ha desfilado en varias pasarelas de moda y recientemente aceptó ser portada para una revista dedicada al género masculino muy ligera de ropa.
Incluso el prestigioso «Circo del Sol» quiso contratarla tras su participación en Atenas ,pero Almudena se empeñó en seguir disfrutando de está pasión olímpica de la que se despedirá en el Gimnasio de la Universidad de Tecnología de Beijing.
Kapranova, favorita
La puesta en escena en Beijing 2008 anticipa un nuevo capítulo de la superioridad de Rusia, liderada por Olga Kapranova, a pesar de la amenaza de la ucraniana Anna Bessonova, campeona del mundo. La gimnasta de Kiev se advierte como la única capaz de responder al tradicionalmente incontestable dominio ruso, liderado por una mujer que ha acaparado premios y elogios en los últimos tiempos y a la que escolta su compañera Eugenia Kanaeva.
Las clasificatorias arrancan mañana y el fin de semana se disputarán las finales. Beijing será el escenario que contemple una nueva edición del reto, alentado por el triunfo en el Campeonato del Mundo de Patras (Grecia) de la ucraniana Bessanova. Fue un golpe de efecto al poderío ruso, que había arrasado en Atenas , con los dos primeros puestos del podio individual y el oro en la prueba de conjuntos. La diva de la gimnasia rítmica aparece como la única capaz de romper ese monopolio.
Las hermanas iruindarras Lara y Bárbara González compondrán el 40% del conjunto español que luchará por hacerse con un hueco en la final, ya que ambas son titulares, algo que no había sucedido nunca hasta la fecha. A pesar de que se despedirán juntas en Beijing, los chinos no serán los primeros Juegos de Bárbara, la hermana mayor, que obtuvo el séptimo puesto por equipos en Atenas 2004.
Ambas destacan por su gran altura. Dicen quienes bien las conocen que Bárbara y Lara tienen personalidades muy distintas y quizá es por ello que se compenetran tan bien. La hermana mayor destaca por su fuerte carácter, Lara por contra, «es más seria, aparenta ser más responsable, se lo guarda y parece mayor. Es lo contrario a su hermana, mucho más introvertida», relata su entrenadora.
En cuanto a sus aspiraciones, la principal es clasificarse para la final, pero aunque reconocen que será casi imposible, tampoco descartan poder llegar a alcanzar una medalla. En los pronósticos las rusas no deben tener rival. Bielorrusia, Italia, Bulgaria, Japón, China y quizá España tendrán que pelearse por el podio.
J.O.