Llevamos equis medallas». Esta es una frase que durante estos días se escucha a menudo en la calle. También en los medios de comunicación. Ocurre aquí, pero supongo que en el resto del mundo sucede algo similar. ¿Llevamos o llevan? Porque en la mayoría de los casos, los deportistas que obtienen medalla olímpica -y los que no-, son personas que se dejan las pestañas durante años y años y que obtienen títulos y galardones no olímpicos ante la indiferencia general. Por ejemplo, ¿cuánta gente había oído hablar de Leire Olaberria antes de que subiera al podio? ¿Cuántos `jerifaltes' políticos la habían visto competir? ¿Cuánto espacio tuvo en los medios cuando fue cuarta en el Mundial? ¿Cuánto público acude a una competición `normal' de pista? Así que, en mi modesta opinión, la medalla corresponde a quien la gana, a su familia, a su entrenador... Y si luego la quieren compartir con los demás, pues estupendo.