Argentina, que defiende el oro ganado hace cuatro años en Atenas, y Nigeria, campeona en Atlanta'96 precisamente ante los argentinos, disputarán el próximo sábado la gran final de fútbol de los Juegos en el Estadio Nacional de Beijing, donde la revancha está servida.

Nigeria goleó en semifinales a Bélgica por 4-1, y la selección albiceleste hizo lo propio ganando 3-0 a Brasil, que una vez más se queda a las puertas de obtener el único título importante que le falta. La canarinha no ha portado en este torneo su bandera del «jogo bonito» y recuerda a veces al equipo que ganó el Mundial de Estados Unidos apostando por «el músculo».

Tras una primera parte en la que sobre todo fue un equipo tan hecho como el argentino el que gozó de mejores ocasiones, las dos alineaciones se fueron al descanso con un 0-0 y la sensación de que Brasil vivía del balón parado y Argentina, aunque aparecía superior, era sólo Messi. Pese al férreo marcaje de Anderson al que se vio sometido, el jugador del Barça se impuso claramente en el duelo particular que mantenía con Ronaldinho por presencia, velocidad y actitud, aunque quedó finalmente eclipsado por los goles y el penalti forzado por Agüero.

El jugador del Atlético de Madrid encarriló el encuentro con dos goles de oportunismo. El primero tras desviar un tiro de Di María (min. 51) y el segundo tras empujar en boca de gol un servicio de Garay tras una jugada de Messi. El 3-0 llegó con una jugada de Messi, un penalti cometido sobre Agüero y la transformación de Riquelme.

Belgica no culminó la sorpresa

Nigeria consiguió su pase a la final tras ganar a Bélgica por un contundente 4-1. El equipo africano tomó las riendas del encuentro desde el primer minuto, presionando en el centro del campo y empujando hacia el área europea con un juego nervioso y ágil que volvió loco al equipo belga. Se adentraron una y otra vez en el área del meta Bailly, y así, tras una serie de intentos y rebotes, Adefemin consiguió el primer gol al meter en la red un trallazo (min. 17).

Con el marcador a su favor, Nigeria aminoró el ritmo pensando ya en la final, y Bélgica, el equipo revelación de este torneo, se vio obligada a subir más sus filas, lo que provocó que dejaran atrás unos cuantos huecos. Así, Obasi consiguió el segundo gol tras plantarse sólo ante el portero (min. 58), y también el tercero con un buen chut desde fuera del área (min. 71). Siete minutos más tarde, Okonkwo consiguió el 4-0 que casi al final del encuentro disimuló el belga Ciman con un golazo de falta directa (4-1).