Raimundo Fitero
El humo
Por el humo se sabe dónde está la tragedia. Así de sencillo, entre acabar de comer y el café en la taberna, una noticia de última hora en los noticiarios, y al fondo humo, y una narración de un accidente aéreo sucedido en el aeropuerto de Barajas. Desde entonces hasta el momento de escribir unas líneas, las diecisiete horas y veinte minutos, un aluvión de imágenes superpuestas reiterativas con muchas palabras, muchas conexiones, y muy poca información constatada. Y ninguna imagen real del accidente. Ni de lejos.
Como ahora tenemos más de una pantalla, es en internet donde buscamos más referencias y encontramos algo muy sugestivo. Los periódicos, las web, solicitan a los viajeros presentes en la terminal que envíen sus comentarios, sus testimonios, sus fotos, sus vídeos. Es una reacción lógica, probablemente la confirmación de una edad de la información espontánea no reglada, de la tecnología al servicio de la acumulación de sensaciones. El uso de grabaciones, fotografías, testimonios de testigos presenciales es algo bastante habitual desde siempre, pero lo que a nuestro entender cambia la orientación es la estimulación de los medios clásicos, la llamada pública para que cualquiera se convierta en reportero instantáneo. Y pueden suceder demasiadas concurrencia de ambiciones, egos y buenas intenciones, y hasta pueden aparecer las sombras alargadas de la posibilidad de lucro.
Estamos ante un accidente grave o gravísimo de aviación, que tiene como protagonistas a los viajeros de una compañía que está atravesando graves problemas económicos, con una cantidad de despidos en marcha, con el cierre de diversas bases, y que a partir de ahora una vez conocidas las causas, probablemente se coloque ante el cierre definitivo. Siempre faltan las palabras ante estos acontecimientos, y uno repasa con urgencia si alguien cercano podría viajar. Y espera que la parte informativa se resuelva en las próximas horas y veremos si aparecen esas imágenes del preciso momento del accidente y que todos veremos hasta la saciedad. De momento tenemos que descifrar las señales de humo. Sabemos que hablan de una nueva tragedia. Esperamos compungidos tristes confirmaciones.