«Si algo aprendes con el tiempo, es que nadie creerá en ti más que tú mismo»
Guitarra y voz de Berri Txarrak
En 2009, Berri Txarrak cumplirán quince años. Vera la luz su sexto álbum. Debutará con ellos un nuevo bajista. Y se colocarán de nuevo entre las formaciones vascas más activas. No obstante, y de momento, el trío de Lekunberri, se retira a su local de ensayo tanto para reponer fuerzas como para componer su nuevo trabajo. De paso, nos dejan tres intensos años y el cierre de su gira en Gernika.
Pablo CABEZA | BILBO
Casi tres años de viaje continuo, alrededor de 200 conciertos, quince países visitados y un DVD, convierte la gira Jaio.Musika.Hil -nombre del quinto álbum de Berri Txarrak-, concluida en Gernika el pasado día 16, en la expedición musical más larga y ramificada de la historia del rock vasco. Asimismo las fiestas de Gernika fueron testigo del último concierto de Mikel López «Rubio», quien hoy ya es un ciudadano amante de la música, pero sin el nomadismo, sacrificio y disciplina que impone, por mucho que sea lo que más amas, la propia naturaleza de una banda dinámica, de un grupo de rock, en especial si resulta tan agitado como Berri Txarrak. Ahora, Gorka Urbizu y Aitor Goikoetxea, miembros fundadores, se retiran de la escena para preparar, sin presión alguna, ni por tiempo ni por estilo, su sexto álbum.
¿Una gira tan larga desgasta físca y síquicamente?
El rock requiere una dedicación y un sacrificio que a veces no se ve. Todos nuestros finales de gira han sido anímicamente frágiles, cuando acaba una gira me digo aquello de «nunca más», pero siempre acaba imponiéndose el gusanillo de «¿qué disco nos saldrá ahora? ¿Cuál es el siguiente reto?». Al fin y al cabo, el escenario es una droga. El final de gira, es cierto, ha sido muy duro, por lo que se dio un momento en el que todo estuvo a punto de romperse en mil pedazos. Hubo mucha tensión y la elaboración del documental «Zertarako Amestu» nos trajo mil quebraderos de cabeza, además de la decisión de «Rubio». Afortunadamente, creo que hemos superado los problemas y que estamos ansiosos de empezar a escribir de nuevo. Llevamos en activo desde 1994 y cada vez valoro más la constancia y el haber hecho una carrera de fondo, sin prisa, pero sin pausa, más en estos tiempos tan fugaces donde parece que prima lo inmediato.
Antes de su pasada actuación en Japón, ¿cuáles fueron las actuaciones que más les llegaron al corazón?
Recuerdo el concierto de Managua, en plena calle, frente al Congreso, con más de 2.000 jóvenes protestando en las narices de su propio gobierno al ritmo de Berri. Salvando las distancias, me recordó a la actuación de Rage Against The Machine ante la bolsa de NYC o de Negu Gorriak en Donostia. Son ocasiones que te recuerdan que el rock vale para algo más que para divertirse. Me quedo también con el cariño de la gente de Taiwán, la gira con Rise Against en salas llenas por toda Europa, el festival Anti G-8 en Berlín, la vez que colgamos el «No hay billetes» en la Apolo de Barcelona, las dos noches semiclandestinas llenando en Madrid, lo curioso y acojonante de la carga policial el 1º de mayo en Zürich... Pero no quiero olvidarme de nuestra gente: tanto público como colectivos organizadores: Piratas de Donostia, gaztetxes tipo Ibarra, Larrabetzu, Kukutza, Etxarri, Bonberenea... Gente que quizá no salga en los programas oficiales, pero que mantienen un circuito de actuaciones. Nuestros bolos en E.H. siempre son especiales, ya que contamos con un público que nos lleva en bolandas.
¿Cuenta ya con algún borrador que le oriente hacía dónde irá el próximo disco?
En BTX nunca ha habido una reunión pre-disco para ver qué dirección darle al álbum (quizás vaya siendo hora, je je!). Nuestra unidad básica es la canción, y en ese sentido intentamos crear la mejor colección posible de cada momento, nada más. Lo único que miramos es el disco anterior, pero no para copiarlo, sino todo lo contrario: para intentar romper con él, exigir un poco al oyente e ir hacia otro lado (aunque no sé si lo conseguimos). Tengo muchos riffs en la guantera, pero nadie sabe a qué sonará lo siguiente que hagamos. Mucha gente nos dice que siempre es una incógnita hacia dónde iremos, y eso me gusta, sobre todo porque comparto esa incertidumbre. Poder decir eso en un sexto disco es algo excitante.
Aprecio que su fe en Berri Txarrak no tiene limite.
Si algo aprendes con el tiempo, es que nadie va a creer en tu historia más que tú mismo, y, además, creo que así es como debe ser. Sé que a alguien que no nos conozca, puede sonarle pretencioso e incluso ridículo, al fin y al cabo soy el primero que se cuestiona si es lícito y hasta saludable tomarse tan en serio lo que uno hace, pero así es como lo sentimos y creo que es parte de nuestra filosofía: ilusión y siempre adelante.
El pasado 24 de julio actuaron en el Fuji Rock, Japón, con toda la carpa llena, 10.000 personas
A lo largo de nuestro recorrido, hemos vivido cosas que nos han impresionado, y el Fuji Rock ha entrado en ese ranking hasta los primeros puestos. Lo inauguramos nosotros, que allí es un honor y un privilegio (no como aquí). Era una carpa enorme. La gente se sitúa fuera de la carpa, detrás de una cinta. Se tiran fuegos artificiales, se corta la cinta y toda la gente corre adentro. Entonces un speaker nos presenta, la gente grita alborotadísima y salimos a escena, a morder porque sólo es media hora por grupo. Desde el escenario se podía ver a un japonés agitando una ikurriña atada a un palo enorme (ver foto). Piel de gallina. Además, todas las bandas están instaladas en un hotel al lado. Así que estás desayunando al lado del cantante de Primal Scream, le pides la sal al violinista de Gogol Bordello y hablas con Tricky. Cosas así que, por qué no decirlo, a unos fans de la música como nosotros nos hace ilusión. Al fin y al cabo todos llevamos un pequeño grupie dentro, ¿no?
Vive en Lekunberri: vistas, montañas, senderos...
Me encantan las vistas, pero yo soy lo que se dice un ecologista radical: el monte, ni pisarlo.
¿Continúa viviendo en Lekunberri?
Llevo toda mi vida viviendo aquí. Muy agusto, aunque el pueblo está cambiando bastante y por supuesto hay cosas que me gustan y otras no tanto; amor/odio, ya se sabe. Aitor también es de aquí y aunque ha vivido una temporada en Barcelona, ahora vuelve para quedarse. «Rubio» es de Betelu. Ensayamos en Lekunberri, aunque hemos tenido que cambiar de local varias veces porque con tanta construcción siempre tiraban nuestros locales. Ahora estamos debajo de las gradas del trinquete (que por cierto también lo van a tirar). Compagino mi vida aquí con mis estudios en Gasteiz, me aburría, y ahora también le doy a la filología.
¿Tras casi 15 años con «Rubio», duele su marcha?
Obviamente es una pena, y confieso que como fan no me suele gustar cuando hay cambios de formación en los grupos que sigo, pero es ley de vida. Hay que respetar la decisión de «Rubio», desearle lo mejor y nosotros mirar hacia delante, buscando el mejor recambio posible para Berri.
Y «Rubio» se despidió el pasado 16 de agosto en Gernika, dentro de un concierto espectacular. En los bises, se dirigió a sus compañeros de banda, a sus amigos de Betelu, que allí estaban, a unos y a otros.
Grupo: Berri Txarrak.
Pasado: Despedida de Rubio, despedida de gira.
Presente: Retirada al local de ensayo para componer un nuevo disco para 2009.
Futuro: Dar con un nuevo bajista. De momento, entre las opciones, un músico de pelo largo de Gipuzkoa. Otro, de pelo corto y residente en Bilbo.
«En Berri Txarrak nunca ha habido una reunión pre-disco para ver qué dirección darle al álbum. Nuestra unidad básica es la canción»
«A lo largo de nuestro recorrido hemos vivido cosas que nos han impresionado, y el Fuji Rock ha entrado en ese ranking hasta los primeros puestos»