Lejarreta -apellido ilustre en el ciclismo vasco- acude a Beijing como «tapado», sin ningún tipo de presión. Una circunstancia que le puede beneficiar en la carrera que se inicia mañana a partir de las 9.00, hora de Euskal Herria, donde su compañero Hermida y el franés Absalon son los favoritos.

Tenía la plaza olímpica asegurada desde 2007. Eso demuestra que apuestan fuerte por usted...

La selección de ciclismo lleva un tiempo que lo hace así. Ha decidido nombrar a los atletas que vayan a unas olimpiadas un año antes de la prueba. Al fin y al cabo si te avisan un mes antes, como pasa en otro deportes, no puedes hacer una preparación a conciencia. Pero saber de un año antes que vas a las Olimpiadas hace que te prepares en todos los sentidos de cara a la cita, afrontando las otras carreras como una preparación y con menos presión.

Echando la vista atrás, durante 2005 y 2006 padeció una enfermedad que hacía bajar su rendimiento, pero ni los médicos ni nadie sabía por qué... ¿Cómo lo recuerda? ¿Se aprende mucho de los malos momentos?

Han sido duros, porque estar entrenando todos los días para terminar las carreras justo justo, o incluso no terminar es bastante duro. Aparte de que no sabes realmente lo que te está pasando. Pero yo creo que sí me han enseñado muchas cosas. Quizás en lo deportivo he dado un paso atrás. Ahora poco a poco estoy yendo más rápido cada vez. Pero dos años en seco es mucho tiempo. Si no hubiera tenido esa enfermedad no sé donde hubiera estado ahora. Sí que psicológicamente me ha enseñado muchas cosas. Yo creo que ahora tengo otra seguridad, o tranquilidad. Acabas viendo que hay más cosas aparte de la bici.

Sobre el circuito que han preparado, ¿qué opina?

En cierta manera me beneficia porque es más físico que técnico, y yo he destacado siempre por físico. También hay algo que me perjudica y es que las subidas son muy cortas, muy explosivas. Por esa explosividad quizás me cueste entrar en carrera al principio, pero luego iré entrando poco a poco.

¿Y sobre la contaminación?

Ya estuve en la preolímpica de Pekín en setiembre de 2007. La verdad es que la contaminación era muy alta, se notaba al respirar. Incluso dos días más tarde estaba echando mocos negros. Pero bueno, yo a todos les digo lo mismo. Puedo entrenar, puedo cuidar la alimentación, puedo descansar, pero eso no está en mi mano y no le doy más importancia de la que tiene.

¿Los favoritos en BTT?

Hay dos candidatos favoritos para ganar que son Julien Absalon y Hermida. Pero bueno, luego estamos unos quince corredores que estamos cerca.

¿Como ve la situación de este deporte en Euskal Herria?

Es difícil competir con el ciclismo en carretera, por la historia que tiene. En Euskal Herria tiene mucha tradición y sí que en otros países como Suiza el mountain bike se valora mucho. Alemania o Canadá también tienen muchos seguidores. Aquí sí que se nota que cada vez hay más afición; cada vez se ve más gente por el monte, las marchas populares suelen estar siempre llenas de gente... pero sí que hay muchas lagunas.

Hay aspectos que se pueden trabajar, y las llaves para desatascar esto la tienen los medios de comunicación, las empresas fuertes, los ayuntamientos para organizar carreras importantes. Al final si el impacto mediático del deporte sube, la afición se acaba enganchando. Ahí tenemos el fenónemo de la F-1 en España. Creo que el BTT es un deporte espectacular. De hecho, han echado alguna vez campeonatos del mundo por la tele y todo el mundo te dice: «¿Y eso haces tú?, pues qué bonito!» Pero luego se hace una carrera en Berriz y nadie va a verme. Yo creo que se puede subir, pero de momento el ciclismo en carretera es muy superior.

¿Qué sería un éxito?

Hacer diploma. Está muy difícil, pero hay que marcarse un objetivo. Claro que más de ocho piensan hacer diploma y alguno se tendrá que quedar fuera.