Ya sé que son los Juegos Olímpicos y es la época para olvidar el fútbol y hablar de otros deportes. Pero es que la actualidad se impone. Resulta que el mismo día que Bélgica pierde la final de consolación ante Brasil, un ex portero de la selección belga es cazado cuando atracaba el taquillaje de las turísticas grutas de Han-sur-Lesse, en Valonia. Al parecer, un hombre con una peluca entró por la ventanilla del edificio y amenazó con una pistola al director, a quien obligó a entregarle el contenido de la caja. Esta joya de hombre se llama Gilbert Bodart y, para rizar el rizo, también se le relaciona con el escándalo de compra de partidos en el fútbol belga en 2005, cuando era entrenador del equipo de primera división La Louvière. Recuerda la noticia que el individuo fue seleccionado doce veces como guardameta de los «diablos rojos». Y es que hay apodos que lo dicen todo. Pero de apodos mejor hablamos mañana.