La Policía autonómica se esmeró ayer en cumplir las órdenes dictadas desde la Audiencia Nacional española. El juez Fernando Grande-Marlaska emitió a la mañana un auto en el que impedía a representantes de ANV tomar la palabra durante la movilización por «tener suspendidas sus actividades».

Siguiendo las directrices del tribunal especial, la Ertzaintza intentó impedir el normal desarrollo de la manifestación hasta en dos ocasiones. Primero, exigiendo la identidad de los oradores y vetando a uno de ellos y después, cuando varios agentes trataron de detener el paso a las personas que portaban la pancarta en las escalinatas del Ayuntamiento.

Sin embargo, las restricciones no impidieron que la izquierda abertzale trasladara un doble mensaje a las miles de personas que secundaron la movilización realizada en el día grande de la Aste Nagusia. La denuncia del «estado de excepción» impuesto en Euskal Herria por el Gobierno español y la apuesta por la consecución de un «escenario democrático» para este país marcaron el discurso político.

La manifestación estuvo custodiada en todo momento por la Policía autonómica. Seis furgonetas repletas de agentes encapuchados y armados precedieron la movilización y un helicóptero siguió todas las evoluciones desde arriba.

Antes de que se iniciara la marcha, dos agentes encapuchados y una mujer de paisano que ejerció de mando de los ertzainas se personaron en la plaza Elíptica exigiendo al convocante de la manifestación que comunicara los nombres de los oradores que iban a intervenir en el acto político y el lema de la manifestación. Dos personas se identificaron ante la Policía autonómica y una de ellas fue vetada por los agentes argumentando que habría formado parte de una candidatura ilegalizada por los tribunales españoles.

A pesar de las restricciones, la movilización partió entre aplausos y gritos de los manifestantes a favor de la independencia. Los miembros de las comparsas se colocaron al frente portando una ikurriña de grandes dimensiones y dando un colorido festivo a la movilización.

Tras ellos, se ubicaron representantes conocidos de la izquierda abertzale con una pancarta en la que se denunciaba el «estado de excepción».

La consulta, un «engaño»

Durante el transcurso de la movilización se corearon lemas en los que se reclamaba democracia para Euskal Herria, la repatriación de los presos políticos vascos, gritos en favor de la ikurriña y en contra la española y los que tachaban al PNV de «español». A la altura de la plaza Circular, el histórico militante abertzale Tasio Erkizia realizó unas declaraciones en las que denunció que «a pesar de todos los jueces y políticos, la izquierda abertzale está dispuesta a seguir adelante con su propuesta política».

En este sentido, recordó que tiene una propuesta «clara», que está dispuesta a defenderla con determinación, y que va a poner «toda la carne en el asador para llevar a este país a un escenario democrático».

La movilización contó con la participación de miles de personas. Reflejo de ello fue que cuando la cabeza de la marcha accedía a la rotonda del Ayuntamiento, la cola se encontraba aún en la plaza Circular. Nada más acceder a las escalinatas del consistorio, los agentes de la Ertzaintza se bajaron de las furgonetas armados con material antidisturbio y se colocaron frente a los manifestantes. Dos de ellos, intentaron que las personas que portaban la pancarta no accedieran al Ayuntamiento, aunque al final siguiendo las órdenes del mando policial les dejaron pasar.

Una bertsolari criticó entonces el intento de acallar el mensaje de la izquierda abertzale y denunció la presencia de los «guardianes de la bandera española» en alusión a la Ertzaintza.

Posteriormente, un portavoz independentista acusó al PNV de «rebajar» su anuncio de la consulta a una «simple encuesta entre la ciudadanía, dejando claro que van a respetar la legalidad española». En esa misma línea, se dirigió al presidente del PNV, Iñigo Urkullu, a quien recordó que la izquierda abertzale «tiene un proyecto político concreto, factible y democrático para construir la nación vasca», y que «tiene determinación para defender todos los derechos de los ciudadanos de los siete territorios de Euskal Herria». «Por ello, a unos les han llevado de la mesa de Loiola a la cárcel, mientras a los sumisos al Estado les han llevado a la Presidencia de Petronor», añadió en referencia a Josu Jon Imaz.

A su vez, criticó la apuesta por la represión del Estado español y otorgó una «medalla de oro» haciendo paralelismo con las Olimpiadas por su actuación contra el independentismo.