Hillary Clinton insta a votar por Obama para dar imagen de unidad
La imagen es lo que más importa en la carrera por la Presidencia estadounidense. Es precisamente ese aspecto lo que más cuidarán los demócratas en la Convención que arrancó ayer en Denver. Barack Obama y Hillary Clinton, así como sus respectivos equipos, no dejan de repetir la palabra «unidad». Para lograr esa foto, la ex primera dama ha instado a sus delegados a votar por Obama porque no pueden permitir otros cuatro años de «políticas nefastas».GARA |
Denver, con sus amplias calles y modernos edificios, es desde ayer una ciudad fortificada. Entre 3.500 y 5.000 policías han ocupado el centro histórico de esta ciudad ubicada al pie de las Montañas Rocosas.
El celo policial y las estrictas medidas de seguridad van unidas a este tipo de convenciones. Durante la Convención Republicana celebrada en Nueva York en 2004, la Policía arrestó en sólo cuatro días a miles de personas, lo que desencadenó una oleada de demandas judiciales, que todavía, están por resolver.
La de Denver, del Partido Demócrata, se ha llegado a comparar en importancia con la que tuvo lugar en Chicago en 1968, marcada por las movilizaciones contra la guerra de Vietnam.
Por ello, las autoridades han puesto en marcha un complejo plan de seguridad en el que han participado más de 55 agencias del gobierno, incluido el FBI y los servicios de inteligencia.
Grupos de derechos humanos han denunciado la construcción de un gran centro de detenciones, al que han calificado como el «Guantánamo de Denver».
Las instalaciones están dotadas de cámaras de seguridad en el exterior y celdas alambradas en el interior. «Creemos que la ciudad debería sentir vergüenza de contar con esta prisión secreta», denunció Glenn Spagnolo, cofundador de Recreate 68.
Para ayer, esta organización había convocado tres manifestaciones por las libertades, la excarcelación de presos políticos y el anticapitalismo.
Con esta super cita del Partido Demócrata, cuyo resultado es más que sabido, Denver espera recibir una importante inyección económica gracias a la llegada de unas 50.000 personas entre delegados, super delegados y periodistas.
Su principal protagonista, Barack Obama, también buscará a como dé lugar salir reforzado y dar imagen de unidad. En este intento, tanto él como Hillary Clinton han venido negando cualquier incidente o discordia entre ambos. En días previos, han aumentado las especulaciones sobre un aumento de las hostilidades entre los partidarios de unos y otros.
Justamente ayer, sus asesores se pusieron de acuerdo para desmentir el contenido de un artículo publicado en el portal de internet del diario «Politico», que hablaba de serias diferencias y desconfianza entre los dos campos. Al parecer, el motivo principal de tal malestar sería el tema de la intervención de Bill Clinton, prevista para mañana. El ex presidente demócrata y esposo de Hillary, la rival directa de Obama hasta hace casi tres meses y favorita en las encuestas iniciales, estaría molesto porque, en su opinión, por edad y experiencia, él está mejor preparado para hablar de la situación económica del país y del ideario demócrata que Barack Obama. Sin embargo, el tema del que seguramente le tocará hablar será el de seguridad.
Acallar rumores
En respuesta a tales filtraciones interesadas, uno de los máximos responsables de la campaña de Obama, David Axelrod, y una colaboradora del equipo de la ex primera dama, Maggie Williams, escribieron una carta conjunta en la que criticaron que «algunos medios de comunicación estén más interesados en los rumores que en la propia realidad».«Nuestros equipos trabajan juntos para procurar que esta convención acabe con éxito. La senadora Hillary y el ex presidente Bill Clinton apoyan plenamente el tándem Obama-Biden, y tienen la intención de hacer hincapié en la gran importancia de lograr una victoria», subrayaron en la misiva.
Para dar esa imagen de «unidad» y salir al paso de los rumores, Hillary Clinton instó a sus seguidores a cerrar filas en torno a Obama. Advirtió, además, que los demócratas no se pueden permitir que las frustraciones causadas por la batalla entre ambos perjudiquen la carrera presidencial de Obama. «Después de todo, somos demócratas. No somos el partido de la alineación. Somos diversos. Pero que no se equivoquen, estamos unidos», insistió.
Discurso conciliador
La actual senadora por Nueva York se reunirá mañana con sus delegados para liberarlos del compromiso de votar por ella y los instará a respaldar a Obama.
Incidió en que hay mucho en juego en la elección del 4 de noviembre y que el país debe evitar una victoria de McCain porque seguiría los pasos del actual mandatario. «Sólo quiero dejar absolutamente claro que no nos podemos permitir cuatro años más de políticas fallidas del presidente Bush», reiteró. «Espero estar en la Casa Blanca cuando el presidente Obama firme un sistema de salud de calidad al que puedan acceder todos los estadounidenses», añadió.
Para Clinton, la cita que comenzó ayer en Denver se asemeja a una reunión familiar, de la que saldrán con más fuerzas.
«Estamos unidos, juntos y decididos. Vamos asegurarnos de que ganamos el 4 de noviembre, así que vamos a tener una gran convención», concluyó.
Así, en busca de esa imagen de armonía, los demócratas esperaban la llegada de su icono, Edward Kennedy, de 76 años. En junio fue sometido a una intervención quirúrgica debido a un tumor cerebral incurable.
Según analistas, su presencia serviría para aunar diferentes sensibilidades. Aunque en un principio su oficina indicó que mandaría un mensaje por vídeo, varios familiares señalaron que si los médicos se lo autorizaban acudiría al acto de apertura, que se inició a las 15.00 hora local (las 23.00 en Euskal Herria). De hecho, el programa oficial incluía un homenaje al veterano político a cargo de su sobrina Caroline y la emisión de un trabajo audiovisual sobre su prolongada trayectoria.
Otro de los momentos más esperados era el discurso, cuidado al detalle, de Michelle Obama, retransmitido en directo por las grandes cadenas de televisión. Hoy, la estrella será Hillary Clinton. Mañana, lo será su esposo, mientras el jueves será el gran día de Obama, que oficialmente será investido candidato presidencial.
Nanci Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, tuvo que ser evacuada de su hotel en Denver después de la irrupción de un hombre armado en el vestíbulo del hotel. El incidente se produjo el sábado por la tarde.
El senador Edward Kennedy, de 76 años y enfermo de cáncer, llegó a Denver el domingo por la noche para asistir a la apertura de la Convención. Su oficina había anunciado en un principio que sólo mandaría un mensaje por vídeo.
La Oficina de Turismo de Denver espera que la Convención deje unos 160 millones de dólares de beneficio. Las cerca de 40.000 plazas hoteleras están ocupadas, mientras restaurantes y comercios esperan con ansia a los visitantes.
Michelle Obama, que podría convertirse en la primera dama de raza negra, fue la encargada de abrir el telón de la Convención Demócrata. Llegó a Denver, fuertemente vigilada, con sus hijas de 10 y 7 años, su madre Marian Robinson, su hermano, Craig Robinson y su cuñada, Maya Soetoro-Ng. Su cometido es «vender» a Obama como un «ciudadano más», lejos de la imagen elitista con la que lo presenta el campo republicano, sobre todo, su rival, John McCain. «Tendrán una reseña de quién es, de cuáles son nuestros valores y de cómo educamos a nuestros hijos», señaló Obama a los medios poco antes de que se produjera la intervención de su esposa. En tercera persona pero refiriéndose a ambos, el senador de Illinois no dudó de que los participantes en la convención llegarán a la conclusión de que la familia Obama «procede de la clase media, que él fue becario y debió recurrir a préstamos cuando era estudiante, que su esposa y él están pendientes de sus hijos y preocupados sobre el financiamiento de sus estudios».
El Partido Republicano, con McCain a la cabeza, se ha afanado por presentarlo como un joven elitista, más cercano a Bitney Spears o Paris Hilton.
El equipo de Obama no ha tardado en responder y en explotar la trayectoria familiar. Él, de padre keniano que abandonó a su esposa cuando Obama tenía dos años. Ella, hija de un empleado de ayuntamiento con esclerosis que logró ser admitida en la Universidad de Princeton. También estudió Derecho en Harvard, fue abogada en un gabinete privado y ahora se encarga de las relaciones exteriores del hospital universitario de Chicago.
Hace mucho estas convenciones estaban llenas de intriga, maniobras, suspenso y hasta golpes, pero ya se han transformado en espectáculos coreografiados a tal extremo que el propósito es evitar cualquier incidente no programado (...) Aquí todo está cocinado y esto es sólo un enorme teatro donde ya se sabe cómo concluye la obra.
(...) En el cuarto y último día, el show se traslada al estadio INVESCO, donde Barack Obamas será coronado como el primer candidato presidencial afroestadunidense de uno de los dos partidos nacionales. Esa ceremonia se realiza justo el día que marca el 45 aniversario del discurso histórico del reverendo Martin Luther King Jr. en Washington, recordado como el de «Yo tengo un sueño»). El talento retórico de Obama tendrá un auditorio mundial, y todos los críticos profesionales del espectáculo político han declarado que «será la actuación más importante de su carrera».
(...) Pero hay un acto, que aunque secundario, también está marcado como «histórico». Hillary Clinton, la primera mujer pre candidata presidencial, tendrá su momento ante el público mundial hoy por la noche. Su nombre se someterá a la votación de los delegados para registrar de manera formal su «histórica» campaña. Todo esto será simbólico y fue parte de la negociación intensa entre los dos. Clinton y su esposo, que hoy será orador principal.
También hay otros aspectos «históricos». Es la primera vez que se transmitirá toda la convención tanto en inglés como en español. También se anunció que cada noche habrá «voces comunes» de ciudadanos que subirán al podio para compartir sus preocupaciones y vidas y por qué apoyan a Obama.
(...) Las convenciones nacionales son el único momento y lugar donde una vez cada cuatro años los dos partidos nacionales reúnen a todos sus integrantes. Pero sobre todo, son una de las pocas oportunidades en las que durante cuatro días cada partido capta la atención casi total de los medios. Por lo tanto, lo clave es diseñar con enorme cuidado el mensaje que se transmitirá al mundo, y no hay detalle que se deje al azar.
Es común que después de una convención se registre «un rebote» en las encuestas de entre 5 y 10 puntos, tal vez más. Para Obama y los demócratas eso urge en este momento, cuando las encuestas más recientes registran un empate virtual.
También se congregarán las diversas organizaciones y sectores de la llamada coalición demócrata que buscan presionar desde adentro y son parte del coro. Afuera habrá todo un arco iris de agrupaciones, incluyendo organizaciones contra la guerra que denuncian que el partido no ha cumplido su promesa de concluir la guerra en Irak, pro derechos de inmigrantes que piden una reforma integral y el fin de las redadas, otros que denuncian la política de tortura.
Éstos se han quejado de que los organizadores de la convención y las autoridades locales establecieron una «zona de protesta» a demasiada distancia de la entrada a la sede de la convención y que la Policía de Denver ya está amenazando con usar tácticas agresivas -ya ha establecido una cárcel especial-. El telón está por levantarse.