La iglesia ortodoxa trata de torpedear un acuerdo sobre la cuestión chipriota
A una semana para que arranquen las negociaciones directas sobre la cuestión de Chipre, la influyente iglesia ortodoxa se dedica a socavar los esfuerzos del Gobierno comunista greco-chipriota justo cuando este último proyecta gravar las inmensas riquezas eclesiásticas.
GARA |
«Totalitarismo contra teocracia». Las conversaciones de paz en Chipre han derivado en un cruce de acusaciones y han avivado el conflicto entre el Gobierno greco-chipriota, en manos de los comunistas, y la pujante iglesia ortodoxa, que acusa al presidente de beneficiar a los turcochipriotas.
La elección como presidente de la República en febrero de Demetris Christofias, candidato del comunista Akel, relanzó las esperanzas en un acuerdo de paz en la isla, dividida desde 1974. Las negociaciones directas comenzarán el próximo 3 de setiembre.
No obstante, las conversaciones previas no han gustado a la influyente iglesia ortodoxa, habituada a intervenir en política y que, tras la independencia, dio a Chipre su primer presidente, el arzobispo Makarios.
«La Iglesia tiene el derecho de dar su punto de vista sobre el problema chipriota, pero no es la institución competente para marcar la estrategia política», recordó un portavoz del Akel, Nikos Katsurides.
El punto máximo de tensión llegó el pasado 19 de agosto con motivo de la conferencia internacional de los chipriotas en el extranjero.
En nombre del arzobispo Crisóstomo II (ausente), el obispo Georgios de Pafos (sudoeste) acusó a Christofias de alinearse con la parte turca y le pidió explicaciones.
Presente, el presidente le replicó recordando que «el Estado chipriota no es teocrático. Es un Estado moderno».
El obispo le respondió a través de la prensa asegurando que «es cierto que no puede ser teocrático, pero tampoco totalitario. Todo el mundo tiene derecho a tener una opinión».
En 2004, Crisóstomo I criticó duramente a los grecochipriotas «antipatriotas» que votaron a favor del plan Annan, finalmente rechazado en esta parte de la isla, mientras otro obispo les prometía el infierno.
Presidenciales
Durante las últimas presidenciales, Crisóstomo II apoyó al presidente saliente, Rassos Ppadopoulos, eliminado en primera vuelta, y luego al derechista Joannis Kasulides.
En verano, el Gobierno comunista evocó las exenciones fiscales que disfruta la riquísima iglesia ortodoxa, uno de los mayores propietarios de la isla y que posee además intereses en la banca y la hostelería.
Propuso que la deuda de la iglesia con el Estado sirva para ayudar a los ciudadanos empobrecidos por la alta inflación. Fue acusado de «populismo» por el arzobispo.
El próximo miércoles, 3 de setiembre, arrancan las negociaciones directas entre las partes greco y turcochipriota. La iglesia ortodoxa mantiene una posición cerrada a un acuerdo de paz y lideró el «no» al plan Annan (2004).