El teléfono de Aritz Aduriz echa humo. El donostiarra ha vivido un giro inesperado en su vida y tras ver cómo no era un jugador ni «estratégico» ni «imprescindible» para una junta en connivencia con Caparrós, no le ha quedado más remedio que aceptar la oferta de un Mallorca que ha apostado fuerte por él.

Jugador de la cantera que ha tenido que ganarse el billete de vuelta al Athletic y uno de los baluartes para la salvación del equipo en los momentos más críticos, ha representado los valores del futbolista rojiblanco de siempre: casta, garra, pundonor y compromiso.

Ahora, las necesidades derivadas de un gasto anterior excesivo -fue puesto en el mercado hace semanas- han truncado su ilusión por seguir en Bilbo con una operación de tintes económicos en la que al Athletic no le ha importado perder potencial deportivo.

El delantero mostró sus impresiones a GARA mientras trataba de adaptarse cuanto antes -ya está buscando casa junto a la playa- a su nueva aventura en Palma de Mallorca.

En primer lugar, ¿qué tal se encuentra tras todo lo que le ha ocurrido en tan pocas horas?

Todavía estoy aterrizando. Ahora mismo estoy contento porque el Mallorca ha apostado muy fuerte por mí y ha hecho un gran esfuerzo por traerme aquí. En ese sentido estoy muy orgulloso pero, por otro lado, todo ha sucedido muy rápido y todavía estoy asimilándolo.

¿Cuál ha sido la cronología de la operación?

El viernes al anochecer, cuando íbamos camino a Valladolid desde Cuenca, recibí una llamada de mi agente (Antxon Mujika) diciendo que le había llamado el Athletic para comunicarle que existía una oferta importante del Mallorca para ficharme y que me daban permiso para que yo hablase con ellos porque el club estaba dispuesto a traspasarme. Las llamadas se sucedieron hasta bien entrada la madrugada, con bastante urgencia por parte del Mallorca, y yo dije que necesitaba tiempo para pensar la situación, testar diferentes opiniones y para ello me hacía falta el día siguiente.

El sábado por la mañana, después de desayunar, fui a la habitación del míster y allí mantuve una conversación con él tras la que vi que tenía que gastar mi último cartucho llamando al presidente. Pero después de ambas conversaciones yo vi que tenía que dar un paso al frente y tomar una decisión que en este caso fue el tener que aceptar la oferta del Mallorca.

En dicha conversación con el técnico, ¿qué futuro le presentó Caparrós al octavo jugador más utilizado y segundo máximo goleador del equipo la temporada pasada?

Yo creo que es lógico que eso se quede entre él y yo porque fueron unas palabras que tuvimos en su habitación. Está claro que él tiene su punto de vista y que yo esperaba escuchar algo distinto, por lo que tras la misma saqué la conclusión de que tenía que llamar al presidente para saber si tenía mayor apoyo. Tras esas dos conversaciones, decidí fichar por el Mallorca.

Tras la operación, presidente y entrenador han repetido, a modo de justificación, aquello de que «si un jugador no se quiere ir, no se va»...

Mira, yo tenía tres años más de contrato en el Athletic, hasta 2011, y si yo no ponía en la mesa la totalidad de mi claúsula, 24 kilos, no me podía ir. Es evidente que en toda esta historia la última palabra la he tenido yo, pero hay bastante más que todo eso. También quiero decir que estoy muy contento de la apuesta que ha hecho el Mallorca y que ha sido lo mejor para todos.

No obstante, su intención era continuar en el Athletic...

Yo creo que eso está claro. Para mí el Athletic es algo distinto, me siento del Athletic al 100% y para mí es algo más que un club normal. Me ha costado muchísimo llegar al Athletic y no tenía ninguna intención de salir, pero el fútbol tiene estas cosas y me siento un chico privilegiado, porque mis amigos me dicen que como tengo la jeta de quejarme y tienen razón, pero bueno... cada uno se queja de sus cosas. He tenido que cambiar radicalmente mi vida en muy pocas horas y no es fácil.

Usted lo ha dicho, el Athletic es un club distinto, pero en los últimos tiempos hemos escuchado a varios de sus ex compañeros hablar de que se podían emplear otras formas...

Tampoco quiero reprochar nada a nadie. A veces las decisiones se tienen que tomar en horas, como ha sido el caso, el Mallorca también tenía su urgencia y ahí el Athletic tampoco tenía nada que hacer. Ahora bien, lo que está claro es que yo deseo que el Athletic siga siendo un equipo distinto de los demás, lo va a ser por todo lo que supone para la gente, y en ese sentido espero que la gente que lo dirige en estos momentos lo sigan manteniendo así.

La primera vez que tuvo que dejar el club fue en 2003 y la segunda fue justo antes de disputar el partido acordado por Valladolid y Athletic con motivo del acuerdo para su retorno. Con 27 años, ¿cierra definitivamente la puerta del Athletic?

Una de las cosas que más me quitó el sueño el viernes por la noche era el intentar no cerrar nunca la puerta del Athletic. Mi ilusión siempre ha sido jugar en el Athletic y me siento muy orgulloso y tremendamente feliz de haber formado parte de la familia del Athletic. Pero bueno, una de las cosas que más me inquietaba ante toda esta situación era intentar que la puerta quedase un pelín abierta, aunque sea con una pequeña ranura, para que, quién sabe... el fútbol da muchas vueltas.

Ahora le toca canalizar todas las emociones que ha vivido estos últimos días en el plano deportivo empezando desde mañana mismo en Mestalla.

Eso es, eso es. Ahora estoy dándole la vuelta al tema y cambiando el chip. Estoy muy contento con lo que me he encontrado, me ha parecido gente muy seria. Directiva, cuerpo técnico, jugadores e instalaciones me han parecido muy buenas y ahora voy a intentar ayudar al Mallorca a ganar el máximo de partidos.