Aunque anunciara que el lunes se acometerá la perforación del primer túnel del TAV en Gipuzkoa, en referencia al tramo entre Ordizia e Itsasondo, la convocatoria institucional de ayer supuso más bien una invitación del Gobierno de Lakua a los medios de difusión para realizar un publirreportaje, sin costes, de un proyecto impuesto sin debate social alguno. Otro publirreportaje del TAV.

La visita, a la que acudieron más de una veintena de periodistas y reporteros gráficos, iba a contar con la presencia de Teresa Rodríguez Barahona, directora general de Relaciones Institucionales del Ministerio es- pañol de Fomento, pero ésta finalmente no acudió. Quizá porque el Ejecutivo de Lakua sólo gestiona el trazado guipuzcoano, y el resto -tanto Bizkaia y Araba como Nafarroa- están en manos del Gobierno español. En su lugar, y junto al diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, y la consejera de Transportes y Obras Públicas del Gobierno de Gasteiz, Nuria López de Gereñu, tomó parte el alcalde de Ordizia, José Miguel Santamaría. No acudió, sin embargo, el primer edil de Itsasondo.

«Las voces críticas son legítimas, pueden ayudar a perfeccionar y modificar los proyectos, pero lo que no es legítimo es poner bombas», afirmó el lehendakari Ibarretxe ante el monte del valle de Mariaratz, en Ordizia, un monte que comenzarán a perforar el lunes. Con ello daba respuesta al principal objetivo de la convocatoria de ayer: replicar al último comunicado de la organización armada ETA, en la que asumía varios ataques contra empresas adjudicatarias de la construcción del TAV y criticaba la imposición y el objetivo de este macroproyecto.

«Salir al paso del futuro»

Dentro de este afán propagandístico, Ibarretxe no dudó en intentar implicar al mundo euskaldun en la causa del TAV. Lo argumentó así: «Esto es mucho más que una obra, porque es una ilusión indispensable para salir al paso del futuro. Es un columna fundamental para el desarrollo social y económico de Euskadi, que supondrá abrir las puertas y las ventanas de este país, de la cultura vasca y del euskara a Europa».

La visita había arrancado pasadas las diez desde el parking de Mariaratz, cuyo río ejerce de límite entre Ordizia y Beasain, una vez acreditados todos los medios comunicativos y traspasado el cordón policial. Luego, todos los asistentes, salvo las autoridades, fueron vestidos con chalecos reflectantes y cascos de obra.

Con vestimentas de camuflaje, por contra, es como se apostaron varios policías por los terrenos colindantes, mientras que a la vista de todos, incluso con motos de monte, se encontraban varios ertzainas antidisturbio. La Policía autonómica incluso movilizó un helicóptero para vigilar el acto, pero, tal y como informaron en la comparecencia, no será hasta finales del 2010 cuando el valle de Mariaratz cuente con helipuerto.

Hasta cuarenta y cinco minutos hubo que esperar para que las autoridades institucionales llegaran al punto de encuentro en sendos todoterrenos, también ataviados con cascos, chalecos reflectantes y katiuskas. La espera fue amenizada por el técnico que, para realizar las pruebas de sonido, emitió por los megáfonos una canción que emplearán seguro en las guarderías euskaldunes.

¿Y la consulta sobre el tav?

Después de escuchar las alabanzas de Ibarretxe al TAV y las explicaciones del vicepresidente ejecutivo de ETS, Javier Carlos de Bergara, sobre las perforaciones que iniciarán el lunes, los mandatarios partieron en sus 4x4. Había sido un acto de escasos quince minutos para una espera de cerca de una hora.

Las dotaciones de la Ertzaintza habían aumentado para entonces. Minutos antes, la Policía autonómica prohibió a Goierriko AHT Gelditu! Elkarlana una rueda de prensa frente al parking. No fue allí, pero la realizaron. Y después se concentraron hasta que las autoridades se fueron, entre gritos de «PNV diruzale» o «Txikizioa gelditu».

Reprocharon al lehendakari que «en lo que se refiere al TAV poco importan las consultas populares y mucho los intereses económicos de algunos». Y le recordaron que once pueblos ya se han posicionado sobre el macroproyecto y la respuesta ha sido clara. «¿Porqué el Gobierno Vasco no quiere consultar a la ciudadanía?», cuestionaron.