Xabier Silveira Bertsolari
Policía integral. ¿Galletas forales?
Hartos empezamos a estar aquí también. La Policía política de UPN extiende sus tentáculos a todo el territorio y a todos los ámbitos de «trabajo» que se le conozcan a cualquier cuerpo policial que haya repartido sufrimiento en esta tierra
Gracias a Dios nací en Nafarroa. Tierra de variedades varias y variados desvaríes, tierra de rojo fuerte como el roble montañés y el vino de la ribera, tierra insumisa, luchadora... ¡Pamplinas! El Opus Dei campa a sus anchas y esto es más Castilla que León o que La Mancha.
Tal y como Arzallus se lo montó en la CAV -dinero, mass media y Policía-, Miguelito y Del Burgo, con el beneplácito de Madrid, se lo han hecho aquí que ni Putin en la periferia de Mongolia. Todo tuyo, compadre. Pero para que siga siendo tuyo -y más si es robado- hay que defenderlo. Y siendo para algunos el ataque la mejor defensa, un nabarro, por ser nabarro, bien puede terminar comiéndose unas galletas integrales o siendo untado cual galleta.
Harto conocida es la paz que reparten los zipas en las tres provincias adyacentes (así lo dijo una vez el charlatán que presenta Pásalo para referirse a Nafarroa). Y hartos empezamos a estar aquí también de más de lo mismo. La Policía política de UPN extiende sus tentáculos a todo el territorio y a todos los ámbitos de «trabajo» que se le conozcan a cualquier cuerpo policial que haya repartido sufrimiento en esta tierra. Pasaron de custodiar carreras ciclistas y poner multas de tráfico a apalear a bomberos a plena luz del día y con toda la alevosía del mundo, para demostrar que son una policía integral. Continuaron secuestrando a ciudadanos para entregárselos a los pikolos o a la madera y han terminado por hacerse los putos amos de las calles a golpe de porra y culatazo. Espectacular, en serio, la estampa la que me regalaron no hace mucho a la entrada del pueblo, con las capuchas rojas de tres agujeros y la tela que colgaba de la barbilla como si fuera la manga de una camiseta, escopetas recortadas en ristre... Mal sitio para parar, vaya. Para muchos de por aquí, según mi sondeo en los bares, dan ya más miedo que la mismísima Benemérita, que es muchísimo decir. Incluso gente un poco mayor y que ha tenido la desgraciada suerte de tener que aparcar a la derecha, apagar el motor y entregar su documentación y la del vehículo, dice encontrar demasiadas similitudes entre los controles forales de hoy y los de la Guardia Civil de los años ochenta. Ahí es nada.
Y entre el «Diario de Navarra» y el «Diario de Noticias» les lavan la cara y ellos siguen partiendo las nuestras. Sólo falta que hagan una teleserie a lo «El Comisario» o «Ertzainak» para que veamos lo buenas personas que son estos macarras con placa. Aunque habría un problema: ¿dónde emitirla? ¿Canal 4 o Canal 6? ¿Canal 6 dos o Localia Navarra? Lo mejor, pantallas gigantes en las iglesias. Por que aquí no se lleva tanto el sermón en las noticias, son más de altar. Aunque un dato ponga la fe navarra en entredicho: más del sesenta y cinco por ciento de los matriculados en la Universidad de Navarra -del Opus Dei- son de fuera de Nafarroa. ¿Sabéis exactamente cuántos? El sesenta y seis coma... siete, según datos presentados por la propia UN. Apostaría a que en realidad son el 66,6.Pero los números sólo son números y, además, el Demonio no es de fuera, lo fundaron Aizpún en cuerpo y Escrivá de Balaguer en alma. ¿Para éstos no hay hoguera?