Juanpe SANSINENEA

El WCT (circuito principal profesional), el WQS, una especie de segunda división de quienes aspirán a entrar un día en el WCT y campeonatos juniors, tanto europeos como mundiales, visitan nuestras playas en estos días cumpliendo con el calendario de la ASP (Asociación de Surf Profesional). Y pese a que las condiciones no suelen ser las mejores en cuanto a calidad de olas, sí lo son en cuanto a ambiente, reclamo turístico e incluso promoción del lugar a nivel internacional a traves de los medios de comunicación y de los seguidores del surf profesional a través de internet.

En la última WQS 6*Prime, el Rip Curl Pro de Hossegor, dejamos a nuestro Aritz Aranburu pasando mangas hasta octavos de final. Allí se encontró con uno de sus grandes rivales de toda la vida, el alemán Marlon Lipke, quien se tomó la revancha de la final del pro de Zarautz del año pasado y le eliminó. Sus duelos comienzan a ser un clásico.

Pese a su eliminación, el hecho de llegar al «hombre contra hombre» en uno de los WQS más importantes es un empujón moral importante para Aritz, que afronta una fase de la temporada fundamental y decisiva. Ya no tiene más margen de error. Por cierto, que Lipke llegó a semifinales y se acerca con paso firme y surf de alto standing al WCT. Estará en la élite en breve. El campeonato se lo llevó el australiano Chris Davison, que surfeó como una bestia desatada consiguiendo dos olas de más de 9 puntos sobre 10, lo que hizo que los esfuerzos del brasileño Jihad Khodr fueran inútiles.

Cambio de escenario

Tras las Landas francesas tomó el relevo la linda villa portuguesa de Ericeira -50 kilómetros al norte de Lisboa-, que acoge una ensalada de campeonatos. Un Pro Junior hombres, un Pro Junior mujeres y un WQS 6* hombres son el menú del Buondi Billabong Pro. Por cierto que, para completar ese menú, fuera del agua se puede probar la langosta negra, el marisco generalizado o la caldeirada de pescado, que no sólo de surf vive el hombre. Hasta ahora no se nos ha dado mal, ya que en el Pro Junior el sopeloztarra Jatyr Berasaluce quedó segundo en la final delante del sorprendente Wiggoly Dantas (Brasil) que hacía unas semanas se permitió ganar el 5* de Newquay (Inglaterra) siendo junior. Este resultado le ha aupado al 4º puesto del ranking europeo con opciones de título. Así empezó Aritz...

Respecto a las neskas, la biarrota Lee Ann Curren -hija del legendario campeón del mundo Tom Curren-, consiguió un tercer puesto muy meritorio... pero que ha superado esta misma semana en Hossegor ganando el siguiente Pro Junior y aupándose hasta el 2º puesto europeo. Esta victoria le ha dado la posibilidad de competir como wildcard en el máximo circuito femenino, en el que se va a enfrentar en un mano a mano histórico con la peruana Sofía Mulanovich, ex campeona del mundo. No sólo brilló la Currita, ya que la vizcaina Garazi Sánchez llegó a semifinales y ya está octava en el ranking europeo. Ánimo a todas.

En el WQS 6* también tenemos buenas noticias. Pasando discretamente por encima de la eliminación de Collazo y Trojaola, nos encontramos con que Marcos San Segundo pasó la 2ª ronda, cayendo más que dignamente en 3ª rodeado de surfistas-tiburones mucho más experimentados que él. El veterano Eneko Acero, en lo que está siendo una temporada aciaga, ha superado la 3ª ronda por primera vez este año, lo que le tiene que dar moral y fuerza para lo que queda.

Y mientras escribía esto he parado para ver la manga de Aritz en 3ª ronda. Bueno... pues sí, parece que va cogiendo la chispa a la competición. Una ola consistente para empezar de 7,17 sobre 10 le allanó el camino. Al poco, otra de 6,10 parecía asegurar su clasificación. Pero un olón muy bien trabajado del brasileño Rodrigo Dornelles fue puntuado con un 8,67. Aritz respondió con otro 7,67, pero acabó segundo. El forever young Fabio Gouveia, que cuando Aritz era un crío venció en Zarautz, nada pudo hacer por colarse en la siguiente ronda. Mañana Eneko y Aritz en 4ª ronda. La semana que viene, el de Zarautz vuela a California para la 7ª prueba del WCT, el Boost Mobile Pro.

¡Dios, que estrés!