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CRíTICA quincena musical

Comunicación total

Montserrat AUZMENDI

Un trío de primerísimas figuras se unieron el pasado miércoles en el Victoria Eugenia para mostrarnos cómo se hace música de cámara de primera y para demostrar que los egos se pueden domesticar al servicio del arte. Frank Peter Zimmermann al violín, Heinrich Schiff al chelo y Christian Zacharias al piano, tres solistas de relumbrón en sus respectivos instrumentos, dejaron por un par de horas su faceta de megaestrellas para hacer un trabajo de entretejido musical que encantó al público.

Si algo resultó fascinante, fue la comunicación que se percibía entre los músicos, la tremenda complicidad con la que abordaban una frase juguetona, un pasaje especialmente expresivo o una explosión de intensidad musical. Y es precisamente esa comunicación interna la que permite que el público que escucha reciba a su vez la chispa de la obra, el corazón que late en la música.

Los hermosos tríos para piano de Franz Schubert, nº 1 en Si bemol mayor, op. 99, y nº 2 en Mi bemol mayor, op. 100, fueron obras perfectas para el lucimiento de las cualidades de los artistas. La fluidez sonora fue patente desde el comienzo del programa. Ya el Allegro moderado del trío nº 1 fue un ejemplo de equilibrio sonoro y de elegancia en el fraseo. Supieron transmitir una serena musicalidad en el Andante un poco mosso; la vivacidad interpretativa fue protagonista en el Scherzo y los fuertes caracteres musicales de cada instrumentista quedaron bien reflejados en el brioso Allegro vivace final.

En el trío nº 2, más contundente que el primero, nos mostraron la rica paleta de matices que son capaces de extraer de la partitura. Zacharias, gran camerista, pedalizó con sutileza y apoyó de forma precisa a sus compañeros de escenario. El Andante con moto de esta obra fue uno de los momentos más intensos de la velada, y en él brillaron tanto Zimmermann como Schiff. Pero donde se puso de manifiesto el gran virtuosismo de los tres, fue en el Allegro moderato final. Cada uno de ellos lució su perfecta técnica sin perder ni un ápice del buen ensamblaje que fue la nota dominante de su interpretación.

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