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Juan Mari Zulaika Informático

PSOE, larga carrera de mentiras

El PSOE apuesta ahora todo a un Patxi López lehendakari. Si el socialismo catalán no consigue librarse de su condición de franquicia de Ferraz, ¿qué decir del socialismo vasco?

La primera mentira la llevan en su nombre, PSOE. Poco o nada les queda de «Socialista y Obrero». ¿Qué dirían hoy Perezagua y los socialistas de la margen minera? Con la pana de sus chaquetas perdieron su política obrerista. Sin embargo, la «E» de Español les luce cada vez más viva y rojigualda. Ahí su segunda mentira: han trocado la franja morada de la bandera republicana, por la que tantos camaradas dieron su vida, y abrazado la monarquía como si fuera su ama. Al paso de las décadas siguen riéndole las gracias al Borbón, quien prodiga simpatía a Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

Veamos la deriva de una tercera mentira. Acabo de ver en un video en memoria del camarada troskysta Germán asesinado por los policías en 1978, cómo González levantaba en público el puño izquierdo a la par que gritaba «Gora Euskadi Askatuta». Por las mismas fechas, dirigentes del PSE como Rubial y otros actuales se manifestaban por las calles de Bilbo sosteniendo una pancarta con la consigna de «Autodeterminazioa Bai». La reivindicación de marras entraba en su ideario. Bastó llegar al poder para dar la espalda a principios básicos de su doctrina. Recientemente, Zapatero, coincidiendo con las negociaciones con ETA, en un mitin en Donostia proclamó sin pestañear: «Los vascos podrán decidir su suerte». Sin embargo, hoy se opone incluso a la subespecie de consulta de Ibarretxe y marca el terreno: «los vascos no podrán decidir nunca nada frente al resto de España». Difícil definir mejor su condena al derecho de autodeterminación.

Felipe González mintió negando sistemáticamente cualquier responsabilidad en los asesinatos y secuestros de los GAL. La judicatura no pudo ocultar la evidencia de la trama del Estado y condenó a ministros, consejeros y gobernadores socialistas, aunque no se atrevió contra la figura máxima involucrada, González. Este negó también sistemáticamente la corrupción generalizada en sus filas, hasta que le estallaron en la cara los escándalos de Urralburu, Roldán y cuadrilla, por lo que perdió las elecciones.

Otra mentira, esta vez por parte del Gobierno del PP, sobre la autoría de los atentados del 11-M, unida a su participación en la guerra de Irak, devolvieron el poder al PSOE, más que por propio mérito. Muy justito gana también las elecciones 2008. Y si alguna ventaja le supuso el asesinato por ETA del ex concejal socialista de Arrasate, un PP en problemas no se lo reclamó esta vez. A lo largo de la campaña, negó Zapatero la crisis económica que asomaba. Ni en el 37 Congreso, en julio, llamó a la crisis por su nombre. Costumbre que tiene el presidente de jugar con las palabras, y por ende, con la sociedad. ¿Poca talla de Solbes o alevosas mentiras?

Largamente mintió Zapatero sobre sus conversaciones con ETA. El testimonio de los otros partícipes le ha obligado por fin a reconocerlo tras las elecciones. No es de recibo que reniegue absolutamente de la vía de negociación que defendió frente a una correosa oposición, logrando su aprobación por el Parlamento, y se entregue a una cruzada de represión total como única vía. Evitó a la oposición cuando ésta rugía, adoptando las peores tesis de Mayor Oreja. Hoy que la oposición lleva meses desfondada, Zapatero mantiene la línea más dura. Nos mintió a todos y al final se ha mentido a sí mismo.

Su talante no es más que pose; promete y no da; te recibe y no concreta, y si concretas, te da el portazo. Que lo cuente Ibarretxe. El del talante creo que ha perdido ya el último talento que se le presuponía. Como prueba, dos ejemplos, a cuál más ilustrativo. Prometió solemnemente a Maragall que aprobaría el Estatut que dictase el Parlamento catalán. Elaboró éste uno consensuado por el 85% y lo envió a Madrid para su tramitación. Zapatero negoció a traición con CIU, laminó el texto y aprobó uno descafeinado. Hoy el nacionalismo catalán, incluido CIU, pintan bastos y reclama una financiación particular. ¿Qué hará Montilla?

En Nafarroa, los socialistas alentados por el propio Zapatero, plantearon la campaña con el objetivo del cambio, para desbancar a UPN. Cuando los resultados electorales posibilitaron dicho cambio mediante un acuerdo de socialistas y NaBai, dictó Ferraz una contraorden tajante, desbaratando tal opción. Engaño e intervencionismo descarados.

Hay otro tipo de mentiras no por tácitas menos dañinas. Aunque los dos partidos estatales escenifican un duelo a muerte en cuanto a la cuestión vasca, tabú donde las haya, firman el Pacto por las Libertades, ejerciendo un bipartidismo férreo que cierra toda posibilidad al diálogo con otras fuerzas. Dicho Pacto fijó la gran mentira de que todo nacionalismo es ETA, o sea, terrorismo, lo que originó La Ley de Partidos y sus derivados que impulsan a los jueces a la caza y represión del abertzale, sometiendo a fuerzas políticas y organizaciones vascas a un auténtico estado de excepción. Es la gran mentira, el deus ex machina con el que trabaja la legalidad hispana impunemente.

La lista de mentiras del PSOE es interminable. Como colofón, subrayaré la más esperpéntica de Zapatero, ordenando la supresión en el Currículum vasco del término «Euskal Herria». Argüye que no se ajusta a la Constitución y favorece la confusión. O se ajusta la realidad a Constitución o no existe. El malabarismo verbal se le da bien al mago Gran Talante. Y sin más, destierra de la enseñanza una expresión como Euskal Herria, normalizada de siempre por lingüistas y políticos, y que ni Franco impugnó.

En vísperas de las autonómicas el PSOE apuesta todo a un Patxi López lehendakari. Mal aval para el aspirante el historial descrito. Si el socialismo catalán no consigue librarse de su condición de franquicia de Ferraz, ¿qué decir del socialismo vasco? Aparte de vetar raca-raca la Consulta de Ibarretxe, ¿qué alternativa ofreces a los vascos? ¿Nos servirás como único plato las lentejas de la Constitución y el Estatuto inacabado? ¿Qué Estatuto vas a plantear, el de Guevara o el que incumplís sistemáticamente? ¿Apoyarás la Ley de Partidos y la ilegalización de Batasuna, EHAK y ANV como ayuda a la normalización del país? En tu plan de «lehendakari o nada», ¿aceptarás el apoyo del PP a tu designación o volverás a la Mesa de Ajuria Enea bis dinamitada por vosotros? ¿Aprendes euskara para renegar de Euskal Herria? Demasiadas preguntas para uno que no traga las dos elementales de Ibarretxe.

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