El Deportivo Alavés, que ya se libró por los pelos en junio, se presentó al primer examen de septiembre como lo suelen hacer los malos estudiantes, es decir, terminando los trabajos en las últimas horas y por ello se puede dar por bueno el empate con el que arranca su renovadísimo proyecto. Y es que, con seis jugadores nuevos (más Igor, Astudillo o Kalderón, que apenas jugaron la pasada campaña por distintas razones) en su once inicial, con Garitano de improvisado central, jugadores desubicados y Pedraza, su referencia ofensiva, con apenas tres sesiones de entrenamiento con sus nuevos compañeros, los de Salmerón supieron sufrir ante un Salamanca que no supo sacar provecho a su dominio.

Como no podía ser de otra forma, el discurrir del encuentro para los babazorros vino condicionado por la eventualidad de la plantilla que viajó hasta Salamanca, con el poco apoyo que recibió desde el banquillo. Y es que, el almeriense prefirió mover a Garitano y Emilio para cubrir la baja de Casar en el eje de la zaga y metió a Pedraza en punta pese a que el catalán sólo ha entrenado tres días con sus nuevos compañeros.

Aunque el de Derio rindió a gran nivel y secó a Azkorra, esta variación de última hora no hizo sino aumentar la sensación de provisionalidad de un once que se presentaba con grandes dudas. Lejos de buscar la naturalidad y que cada uno hiciese lo que mejor sabe, se metieron más cambios y el equipo sufrió, sobre todo con el balón, que apenas mantuvo en su poder.

Aunque las incorporaciones de Isaac Jové por la derecha y de Botelho por la izquierda les creó quebraderos de cabeza, el equipo gasteiztarra supo aguantar bien atrás, pero se mostró completamente incapaz de sacar la pelota jugada. Con Emilio excesivamente adelantado, no tuvo circulación de balón y el Salamanca se adueñó de él.

De esta manera, al Glorioso le costó media hora estirarse en una mala cesión de Gañán a la que no llegó por poco Moreno, mientras que Botelho y Sevilla obligaron a lucirse a un Bonis que debió salir a los diez minutos tras un fuerte encontronazo de Bernardo con Azkorra.

Mejor en la reanudación

Tras aguantar la embestida local durante la primera parte, el Alavés se asentó algo tras el descanso y comenzó a mantener el balón en sus pies durante más tiempo, aunque le seguía faltando profundidad en ataque, con Pedraza como una isla en punta.

Poco a poco, Toni Moral fue metiéndose en juego y, a los siete minutos, un contragolpe conducido por el catalán trajo consigo el primer disparo entre los tres palos en un intento lejano de Emilio, que repitió poco después el otro pivote, Martín Astudillo.

Tras unos aceptables minutos albiazules, al Salamanca le sentaron mejor los cambios. Amaral refrescó su vanguardia, mientras que Salmerón reorganizó a su equipo con la entrada de Mateo para que Garitano adelantase su posición al centro del campo y Emilio pudiese acoplar a la posición de media punta que le va mejor.

Pese a tratarse de una reestructuración mucho más natural, el equipo gasteiztarra acusó el calor y el cansancio y el Salamanca volvió a volcarse sobre la portería de un Bonis que se defendió perfectamente, con la ayuda de una zaga que no repitió los errores que tan caros le salieron el año pasado.