Tras golpear el oeste de Cuba, el huracán Gustav continuaba ayer su camino en el interior del golfo de México para dirigirse a las costas de Louisiana, en EEUU, donde las autoridades ordenaron la evacuación forzosa de Nuevas Orleans, ya que las infraestructuras dañadas por Katrina hace tres años todavía no han sido reparadas.

«Las ráfagas de viento han disminuido a unos 205 kilómetros por hora [el sábado alcanzó los 240], con picos superiores a este nivel. Gustav es un huracán de categoría tres en la escala Saffir-Simpson», que cuenta con cinco niveles, anunció el Centro Nacional de Huracanes (NHC, siglas en inglés), de EEUU. Antes de pasar por Cuba, Gustav alcanzó la categoría cuatro. Sin embargo, el NHC, con base en Miami, alertó de que Gustav podría reforzarse de nuevo al pasar por el golfo de México y volver a alcanzar la categoría cuatro ayer por la noche. Está previsto que alcance las costas del sur de EEUU hoy.

Otro efecto de Gustav fue la evacuación del personal de las plataformas petrolíferas que las compañías BP, ConocoPhillips y Shell tienen en el golfo de México, lo que puede provocar que el precio de los hidrocarburos vuelva a subir. La producción se interrumpió completamente.

«Tormenta del siglo»

Ante la prevista llegada para hoy de Gustav, el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, ordenó la evacuación de la ciudad ante la llegada de la que calificó de «tormenta del siglo».

Nagin destacó que Gustav podía ser más destructivo que Katrina, ya que el huracán de 2005 alcanzó Louisiana cuando estaba clasificado en la categoría tres, provocando 1.800 muertos e inundando la mayor parte de la ciudad de Nueva Orleans.

Además de decretar la evacuación forzosa, Nagin instauró el toque de queda al anochecer y advirtió de que quienes se dediquen al pillaje «irán directamente a la cárcel». 2.000 agentes de la Guardia Nacional reforzarán a la Policía de Nueva Orleans.

«Tienen que tener miedo, tienen que estar preocupados y tienen que comenzar a abandonar Nueva Orleans ahora mismo. No creo que hayamos visto nada parecido a esto», añadió Nagin.

Nagin fue una de las personas más críticas con la gestión del Katrina, acusando al Gobierno federal de inoperancia ante la crisis. Reprochó al presidente de EEUU, George Bush, y a la gobernadora de Louisiana, Kathleen Blanco, limitarse a dar «jodidas ruedas de prensa» en lugar de atender a los damnificados.

«Que meten su culo en un avión, los dos, y que vengan a ver lo que pasa inmediatamente», añadió.

Sin embargo, Nagin no se libró de las críticas a su gestión, ya que el alcalde rechazó utilizar los trenes de Amtrak y 350 autobuses escolares para evacuar a quienes no tuvieran coche antes de la llegada del huracán.

Autobuses y aviones

A diferencia de lo ocurrido con el Katrina, ayer se organizaron autobuses para que quienes no tienen coche pudieran ponerse a salvo de Gustav. Incluso, se llegaron a organizar vuelos chárter, pagados con fondos federales, para evacuar a ciudadanos de Nueva Orleans a poblaciones como Knoxville, Nashville o Memphis, en Tennessee.

El gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, confirmó que decenas de miles de ciudadanos obedecieron la orden de evacuar.

Las carreteras en torno a Nueva Orleans se encontraban colapsadas por los vehículos de unos habitantes que todavía están traumatizados por el paso de Katrina en agosto de 2005. Para facilitar el éxodo, todos los carriles de las autopistas se habilitaron en la dirección de salida desde Nueva Orleans.

También se procedió a la evacuación de los ciudadanos de las zonas bajas de Mississippi, estado que también resultó severamente damnificado por Katrina.

Tras provocar la muerte de 85 personas en Haití, República Dominicana y Jamaica, Gustav ocasionó daños materiales (techos arrancados, casas hundidas, cortes de electricidad) al pasar el sábado por el oeste de Cuba, con vientos de media de 240 kilómetros por hora y ráfagas que alcanzaron los 340. Las autoridades cubanas informaron de que no se registraron fallecidos y que únicamente había varios heridos.

La isla de la Juventud, a unos cien kilómetros al sur de la isla principal de Cuba, fue la primera en recibir el impacto de Gustav, dejando, según la crónica de un corresponsal de la televisión cubana, «un paisaje de desolación».

«Hasta el momento, no tenemos ningún informe sobre la pérdida de vidas humanas, pero hemos tenido numerosos heridos, en los brazos, en las piernas y en la cabeza», declaró Ana Isa Delgado, responsable de la Defensa Civil en la isla de la Juventud, al ser preguntada por la emisora cubana.

Asimismo, la Defensa Civil de la provincia de Pinar del Río y la de La Habana informaron de la existencia de «daños considerables», de inundaciones y de olas de cinco metros de altura.