Sin sudar demasiado, el suizo Roger Federer obtuvo su trigésima victoria consecutiva en las pistas de Flushing Meadows al derrotar por lesión al checo Radek Stepanek. El cuatro veces ganador del Open de Estados Unidos se impuso por un inapelable 6-3, 6-3 y 6-2 en tercera ronda, y confirmó su presencia en octavos de final.

Federer no tuvo ningún problema frente a Stepanek y desde el comienzo dio la sensación de que cerraría el partido sin demasiado sufrimiento. El número dos del mundo se vengó con la victoria de ayer a la derrota que el eslavo le infligió el pasado mes de mayo en el Masters Series de Roma.

Nikolay Davidenko, quinto cabeza de serie, tampoco tuvo mayores problemas para derrotar en tres sets a su compatriota Dimitry Tursunov: 6-2, 7-6 y 6-3.

Remontadas

Por otra parte, la jornada de ayer vivió varias remontadas, tanto en categoría masculina como en femenina. Entre todos esos encuentros, destaca la victoria en cinco sets del luxemburgués Gilles Muller sobre Nicolás Almagro por 6-7, 3-6, 7-6, 7-6 y 7-5. Muller, único jugador de la fase previa que permanece en el cuadro y 130 del mundo, sacó el máximo provecho de su potente servicio para darle la vuelta a un partido que tenía perdido.

Almagro lo tuvo todo a su favor para superar la tercera ronda tras apuntarse el primer set en el desempate y el segundo, al romper el servicio del luxemburgués en el octavo juego. Pero Muller se agarró a la fuerza de su brazo. El zurdo de Schifflange acabó el partido con 32 saques directos en su haber. Gracias a su saque, evitó cualquier rotura del español y, en el último juego del encuentro, pudo romperle por primera vez el servicio a Almagro.

En categoría femenina, y sin tanto sufrimiento, la cabeza de serie número dos, la serbia Jelena Jankovic, tuvo que darle la vuelta al marcador para derrotar a la danesa Caroline Wozniack. Al final, la balcánica se impuso por 3-6, 6-2 y 6-1. Jankovic se dejó sorprender en la primera manga por la cabeza de serie número 21, pero no dio chance a su rival a partir del segundo set. La segunda mejor jugadora de la actualidad -la primera, después de la prematura eliminación de Ana Ivanovic- dio un puñetazo sobre la mesa y arrolló a su rival en el desempate, que nada pudo hacer para poder confirmar la sorpresa.