Work, sweet work
Ines INTXAUSTI
Crítica de televisión
1 de septiembre, señoras y señores. Ya era hora. Mañana, Navidad. Ahí te ha dau... Pero antes de plantear la fábula de hoy, retomemos los últimos y románticos días del secadero que les mencioné en la anterior columna. Como quiera que el gurú del mismo fuera y seriese francés tenía un traductor a su lado para los que no entendemos el gabacho y sí la lengua en la que estoy escribiendo. «Ya conocen ustedes el episodio ejemplar de la cigala y la hormiga...», dijo un día Daniel (así se llama el traductor). El juego involuntario provocó un estallido de risas también espontáneas. Sin embargo, no me imagino a la cigarra pidiendo cuentas al marisco para que saliera del cuento. Mucho curro para un insecto tan optimista. Yo, sin ir más lejos, acabo de ver un ejército de hormigas cruzando la Gran Vía de arriba a abajo en busca del grano que engordará los debe y haber de su despensa laboral. Cigarras que se han pasado el verano comiendo cigalas, seamos sinceros. Seguramente muchas de ellas han salido por la tele muchas veces este verano. Las cigarras tienen que cantar para sobrevivir en y del cuento en período estival. Y las hormigas perpetran nuevos programas con los que deleitarán las templadas noches de otoño. El culebrón «Herederos» vuelve a la 1 de TVE. El trailer es tan largo que no merece la pena seguirlo. Más sexo, incestos, asesinatos, puñaladas (t)raperas (gracias, Ramón Irigoyen), violencia y toros. Todo ello muy bien hecho, claro está, desde el punto de vista televisivo. Así que habrá que esperar, pues, a que los diputados vuelvan desde sus mares del sur, sienten los reales en sus escaños y acometan la vida política con banderillas y estoques. A ver si vemos y vivimos algún que otro descabellado desenlace (y no miro a consulta ninguna). Por fin dejará de ser noticia la nariz de Letizia. Y que la guerra entre Bratz y Barbie deje paso a otras guerras más fraticidas. Porque, ¿cómo puede tener el mismo valor informativo la situación en Irak, el innombrable accidente aéreo y estas dos muñequitas? Cosas del verano, supongo. Por eso, repito, bienvenido septiembre con sus mesas llenitas de papeles.