Ni fu ni fa. Osasuna jugó apenas a rachas para conseguir empatar un encuentro que ya se veía perdido, con un descanso liguero de por medio y dos posteriores salidas. El plan A de Ziganda no dio el resultado apetecido y sólo cuando dio la alternativa a los jugones Font y Masoud el equipo recuperó algo de su orgullo casero.

Claro está que es el primer partido oficial de la temporada y que los equipos distan mucho todavía de estar al cien por cien, pero lo visto ayer en El Sadar hace revivir viejos fantasmas en la balanza negativa y abre la esperanza a futuras ilusiones en las botas de algunos jugadores de nuevo cuño y otros ya veteranos, pero remozados.

Así, calcado al rol de la campaña pasada, los rojillos salieron en tromba -Sola tuvo la primera a los quince segundos-, pero duraron lo de la gaseosa. Mientras el esférico circuló por las botas de Nekounam, el juego local tuvo cierto sentido e incluso generó ocasiones de peligro, con un disparo de Plasil que no llegó a envenenar el toque de un Ezquerro en posición privilegiada.

Sólo que el riesgo tambén llegaba a la portería de Ricardo. Miguel Flaño estuvo a punto de anotar un autogol en el minuto 4 y, siete después, el testarazo de Joseba Llorente se marchó fuera por muy poco. El submarino amarillo se zafaba del poco duradero dominio local y pasaba a imponer su autoridad en la medular.

Mediada la primera parte, los visitantes dispusieron de su mejor ocasión cuando Roversio -uno de los entonados por el bando osasunista- sacó bajo palos un remate complicado de Gonzalo tras botarse una falta. Aunque sin dar una sensación de agobio, el Villarreal pasaba a tomar los mandos de la nave.

De hecho, a partir de ahí fueron los de Pellegrini quienes llevaron la batuta en ataque, con un Osasuna incapaz de salir con el balón controlado en pos del área contraria. Dos disparos de Ibagaza -arriba- y Cazorla, con parada acrobática de Ricardo, certificaron el poder villarrealense antes de marcharse a vestuarios.

Penalti y expulsiones

Todo se coció tras el descanso. Goles, emoción, expulsiones e incógnita por el resultado final... Los castellonenses dieron primero con una gota de calidad de las suyas. Una aparatosa falta de Roversio propició que Senna prolongara el momento de gracia de la pasada Eurocopa acertando con un golpe directo al borde del área.

La cosa se ponía de cara para los visitantes y ello exigía una reacción de los anfitriones. Llegó de la mano de Font y Masoud. Un pase en profundidad del primero y la colada del segundo dio lugar a una de las jugadas claves del choque. A decir verdad, la falta se produjo fuera del área, aunque luego Álvarez Izquierdo compensó su error con la injusta roja a Miguel Flaño en una patada que mereció, como mucho, la amarilla.

La cuestión es que la pena máxima transformada por Nekounam igualó la contienda y oxigenó las fuerzas rojillas. Todo se equilibrió con la expulsión del de Noain y el Villarreal volvió a inquietar la meta de Ricardo. El omnipresente Senna buscó romper en el descuento una igualada que se antoja justa y lo menos malo a la vista de cómo transcurrió el choque.