El peor guión posible. En caso de haber preguntado a los aficionados del Athletic cuál hubiera sido el argumento y los protagonistas del filme más negativo imaginable, habrían diseñado el encuentro de ayer. Un Almería tremendamente sólido y con las ideas muy claras doblegó claramente a un Athletic que sigue viviendo en estado de shock. Para más inri, Javi Casas y Fran Yeste protagonizaron en primera persona los dos errores más visibles del encuentro y se llevaron los pitos del público.

Fue una jornada donde el llamamiento a la unidad y de apoyo al equipo de García Macua tuvo respaldo y las criticas al palco no hicieron acto de presencia. En su lugar, gran parte de los presentes se guardaron su enfado para dentro y lo fueron canalizando con más de una evidencia de ansiedad casi colectiva. Pero, esto no mete goles ni hace jugar mejor y, ayer, el Almería fue mucho mejor que los de Caparrós, inoperantes arriba y desdibujados en defensa.

Ahora, con el parón de por medio, las aguas van a seguir bajando revueltas por Bilbo y, pese a estar sólo en la segunda jornada, el choque de Málaga adquiere gran importancia para aliviar la situación.

La primera mitad fue un buen reflejo del estado de ánimo que vive todo el entorno del club. Bajo una tensión que se quiso soterrar, por aquello del bien común, los nervios afloraron desde los primeros minutos. Los primeros destinatarios fueron los jugadores visitantes o el colegiado, pero según avanzó el partido y los acontecimientos fueron tornándose cada vez más negativos, las quejas también llegaron a la orilla rojiblanca.

Los leones intentaron salir mandando y acercándose a Diego Alves, un móvil Susaeta era el eje de los prematuros intentos, pero se quedaron en un espejismo. Los de Arkonada, serios, disciplinados, correosos y, sobre todo, con las ideas muy claras, sabían a lo que jugaban. Así, a través de uno de sus puntos fuertes, las jugadas a balón parado, consiguieron adelantarse en el marcador. Un córner sacado por el atípico Corona fue cabeceado por Chico para que el otro central, Pellerano, remachase con todo el área pequeña ante la pasividad local.

Después del primer mazazo, el Athletic trató de recomponerse y asustar al rival con un juego directo. Mediante el mismo, se pidió un posible penalti a Susaeta y poco después el eibartarra tuvo una clara ocasión ante Alves. Sin embargo, el chut del eibartarra fue muy inocente.

Dos errores decisivos

Pasada la media hora la cosa no parecía mejorar sustancialmente, la gente se impacientaba cada vez más y cualquier fallo iba a ser letal. El error apareció y, tristemente para él, fue de Javi Casas. El de Sopela ha pasado de no tener ficha a ser titular y un mal pase suyo permitió a Negredo plantarse solo ante Iraizoz y definir de lujo.

Los pitidos se hicieron notar, el técnico mandó calentar a Ion Vélez y Orbaiz, y el subconsciente invitaba a la depresión. Más cuando el Almería llegó a torear al Athletic con un largo `rondito' poco antes del descanso.

Tras la reanudación, Caparrós introdujo a los dos navarros en detrimento de Gurpegi y Etxebe. El Athletic buscaba la reacción, pero sucedió todo lo contrario. Una enorme jugada de Corona habilitó a Ortiz para fusilar a Iraizoz. El partido estaba finiquitado, de poco sirvió el buen gol de Vélez y, de menos, el penalti fallado por Yeste.