La tesis de la violencia sexista, que desde un primer momento barajaron los investigadores, fue confirmada ayer por la fiscal general de Baiona. «La autopsia realizada la noche de ayer (por el martes) confirma la primera hipótesis adelantada por los expertos presentes en el lugar de los hechos», explicó. Más concretamente, afirmó que las autopsias ratifican que «se trata de un homicidio voluntario seguido de un suicidio».

La fiscal de Baiona no quiso entrar en más detalles y se limitó a señalar que «se trata de un drama familiar; todavía quedan hechos por esclarecer, pero todo apunta a eso, a que él la mató».

La autopsia ha permitido esclarecer que Carlota Ortuzar murió por estrangulamiento tras haber sido golpeada y que su marido, Jon Ortuzar, se ahogó en la piscina, a donde se arrojó atado a varias bolsas repletas de piedras.

«Hemos podido constatar que no ha habido intromisión de una tercera persona», prosiguió la fiscal. Siempre según las investigaciones, Jon Ortuzar habría matado a su esposa, de 60 años de edad, en la noche del lunes al martes, golpeándola con un martillo y estrangulándola.

Tras ese acto escribió una carta en castellano en la que confesaba lo que había hecho y pidiendo perdón a los familiares.

«Un problema de todos»

Fue la empleada de la limpieza quien encontró los dos cuerpos el martes por la mañana cuando acudió a trabajar. Carlota Ortuzar y su esposo veraneaban desde hacía muchos años en la vivienda familiar de Urruña, por lo que eran muy conocidos en la localidad. La alcaldesa mostró su tristeza por lo ocurrido.

Tras lo sucedido, Amaia Fontang, del Colectivo de Mujeres contra las Violencias Sexista, denunció los hechos y recordó que se trata de un nuevo ejemplo «amargo» de violencia contra las mujeres. «Vamos denunciando los hechos a lo largo del año y pedimos medidas para que no vuelvan a suceder», indicó.

Incidió de esta forma en que la violencia contra las mujeres «en la intimidad de las casas es un problema del conjunto de la sociedad», por lo que insistió en que es imprescindible «reaccionar» ante este tipo de hechos.

Este nueva muerte por violencia de género -la cuarta en lo que va de año en Euskal Herria- le dio a pie a Fontang a retomar el debate sobre la necesidad de crear una ley marco en defensa de las mujeres. «Los políticos tienen una gran responsabilidad», advirtió.