El Glorioso cae eliminado a las primeras de cambio
Los albiazules se dejan en Elche mucho de lo que más necesitan
Errores de coordinación en defensa y la falta de definición y pegada en los últimos metros condenan a un Alavés que urge de partidos de este tipo para ensamblar su renovado equipo. David Fuster, al poco de comenzar, y Dani hicieron los goles del Elche.
Jon ORMAZABAL | GASTEIZ
Además de la ilusión que puede crear, la Copa se ha convertido tras el cambio de formato en el mejor banco de pruebas para que los técnicos puedan ensamblar sus piezas. La falta de acoplamiento en sus líneas más retrasadas y adelantadas fueron el gran pecado de un Alavés que por lo general no fue inferior al Elche y la pérdida de esos otros test coperos son lo más negativo de la eliminación de ayer.
El partido tuvo un intenso sabor copero desde el primer minuto, con un Alavés que para nada esperó en su campo a un Elche que tuvo los bríos iniciales de cualquier local. Con las novedades de Mateo, Raúl Llorente, Cuevas y, sobre todo, Ioritz en el pivote junto a Astudillo, el equipo de Salmerón tuvo un arranque ilusionante que fue cortado de cuajo. Y es que, apenas se habían disputado siete minutos de juego cuando Miguel se llevó a los dos centrales y David Fuster aprovechó el espacio creado para soltar un buen chut ante el que poco pudo hacer Bonis.
Pese a la prontitud del primer gol oficial encajado por el Alavés, los babazorros no perdieron el sitio y poco a poco se fueron adueñando del partido, a pesar de que las ocasiones se sucedieron en ambas áreas. La falta de conexión con Pedraza, que repitió como referencia ofensiva, fue el mayor pero a la primera mitad gasteiztarra.
Salmerón trató de paliar este fallo con la entrada de Javi Guerra, el teórico 9 titular que debutó ayer, lo mismo que Almirón, que sustituyó a César.
El Alavés creció un poco más, con estos cambios, consiguiendo más control del esférico, pero el encuentro se abrió quizá en exceso en la última vuelta de tuerca que Salmerón dio buscando el empate, reemplazando a Mateo por Emilio, en busca de ese último pase.
A partir de ese instante, el partido se convirtió, aún más, en un correcalles, con buenas oportunidades en ambas porterías. El Alavés necesitaba arriesgar, pero su apuesta le salió mal, a pesar de que Javi Guerra tuvo el empate en sus botas en la opción más clara de los albiazules. El malagueño erró y, como suele suceder en estos casos, se pagó caro el haber perdonado.
Y es que, tras el cambio táctico, a Ioritz le tocó marcar a Dani y el pequeño delantero sevillano impuso su velocidad en el minuto 70 para plantarse solo ante Bonis y batirle con una magnífica vaselina. A partir de ahí, el Elche se replegó y el Alavés no tuvo más opciones.
