El Gobierno navarro ha modificado la ley foral de Farmacias para poder garantizar una clientela de setecientos habitantes por cada botica.

Las modificaciones introducidas incluyen, asimismo, la eliminación de la contratación a terceros de los servicios farmacéuticos de los centros socio-sanitarios. La modificación introducida no rebaja sustancialmente el número de oficinas de farmacia que podrán abrirse, sino que planifica su apertura de manera que se garantizará que cada oficina de farmacia tenga un número potencial de clientes de al menos setecientos habitantes, mientras que con la eliminación de la contratación con terceros se pretende evitar la existencia de intermediarios en los centros sociosanitarios.

Se considerará infracción el incumplimiento de obligaciones derivadas de las guardias, y se mantendrán las sanciones contempladas en la Ley del Medicamento en cuantías similares a establecidas inicialmente en la ley foral, lejos de las establecidas con la Ley del Medicamento, lo que resulta adecuado para sancionar a laboratorios farmacéuticos, pero excesivas para las farmacias.